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¡A hacerlo bien! País de locos, por Carlos E. Gálvez Pinillos

Publicado el 25 de octubre de 2024

Por Carlos E. Gálvez Pinillos, expresidente de la SNMPE

 

En el Perú, por costumbre, hemos dejado que las poblaciones se instalen y crezcan sin ninguna planificación. Nunca hemos sido capaces de “levantarnos la visera” y mirar con un poco de proyección de futuro. Pruebas tenemos muchas; Lima, por ejemplo, con la única excepción del “Zanjón de Bedoya”, ha crecido y se ha extendido sin prever infraestructura urbana básica, sin contemplar usos de terrenos, distinguiendo zonas para uso de vivienda, comercial o industrial. De igual forma, se ha permitido la invasión de los cerros, sin titularidad, ni previsión de la infraestructura mencionada.

 

Tampoco se han contemplado zonas de retiro y amortiguamiento para aislar aeropuertos, puertos o estaciones centrales de transporte terrestre. Si no, veamos nomás cómo se ha permitido construir vivienda en las cercanías del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, poblaciones que hoy se quejan del ruido por el tráfico frecuente de los aviones.

 

Ante los hechos consumados, es una tortura el transporte en la ciudad. No contamos aún, y después de tantos años de demanda, con un servicio de transporte masivo decente, que en ciudades grandes como Lima son esenciales. Tampoco contamos con vías expresas (varias), bien hechas.

 

Es sorprendente, que la “vía expresa de Javier Prado” tenga especificaciones técnicas de mucho menor nivel que las de la vía expresa Luis Bedoya, construida 50 años antes.

 

Este crecimiento no planificado, ha obligado a Lima a construir la Circunvalación, primero, y la Evitamiento, después. Por supuesto, que estos desarrollos viales fueron complicados, tanto por las expropiaciones, como por las dificultades constructivas al impactar en áreas que se instalaron y desarrollaron sin planificar. Esto que ocurrió en Lima, es una tendencia en varias capitales de departamento.

 

Hoy, a partir del proyecto del Puerto Chancay, tenemos de manera excepcional, una oportunidad única de planificar el desarrollo de la ciudad en el distrito de Chancay, enclavado en una hermosa topografía, similar a la de los acantilados de la “Costa Verde” en Lima, y que nos hace recordar a esta hace medio siglo.

 

Menciono esto, porque el MTC (ministerio de transportes y comunicaciones), está previendo la construcción de una nueva vía para la carretera Panamericana Norte, con un trazo muy cercano al acantilado.

 

Y aquí es donde debemos abrir la mente, “levantarnos la visera” y proyectarnos al futuro. Chancay, ubicada a 70 km al norte de Lima, tiene por el Oeste el océano Pacífico y en su ribera se enclava el flamante puerto. En las alturas del acantilado, hay una extensión plana donde poder hacer un desarrollo urbanístico y hotelero, que bien podría constituir un nuevo atractivo turístico. Al Este tiene el distrito de Sayán, Río Seco y El Ahorcado, extensiones con proyección industrial y a donde se sugiere debería acercarse el nuevo trazo de la carretera Panamericana Norte, por las siguientes razones:

  • La carretera no se interpondría con el desarrollo urbano y turístico sugerido, evitando de esta forma, futuras interferencias y la necesidad de construir “circunvalaciones”.
  • El acercamiento propuesto a las zonas de Sayán, Río Seco y El Ahorcado, no sólo ponen en valor terrenos de uso industrial y de almacenes, sino que se acercaría mucho más a la vía a Oyón, alternativa vial a la carretera Central, facilitándonos un proyecto de integración transoceánico.
  • Además, la población de Chancay apoya el trazo cercano a la zona Este, mientras que se opone a la propuesta del MTC, cercano al acantilado.

 

Es lamentable que el gobierno no vea estas oportunidades, que no esté evaluando el beneficio económico (para el país y los ciudadanos) de cambiar de trazo, pues no es sólo el mayor o menor costo de la carretera, sino la creación de valor en los terrenos, tanto de la zona urbanizable, como de la zona industrial. Es una pena, que no estén considerando los menores costos de construcción de la carretera de penetración a la sierra, en su conexión a Oyón.

 

No tomar en cuenta los factores positivos y oportunidades mencionados, evitar la oposición social y avanzar con todos los elementos a favor, sería una locura que, en el tiempo, nos acarreará grandes deseconomías e inversiones adicionales innecesarias.

 

¡Apliquemos un adecuado Plan de Desarrollo Urbano!

 

 

 

Fuente: CanalB

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