El programa social Qali Warma, encargado de garantizar la alimentación de miles de escolares peruanos, enfrenta un nuevo escándalo de presunta corrupción. Esta vez, las acusaciones apuntan a la congresista Susel Paredes y a su esposa, Gracia Aljovín, vinculada a la empresa Esmeralda, proveedora del programa.

De acuerdo con documentos del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), Esmeralda habría vendido 132.7 toneladas de conservas de carne de pollo y gallina a Qali Warma en 2024, transacción que podría haber infringido la normativa que prohíbe a familiares directos de congresistas contratar con el Estado para evitar conflictos de interés.

La abogada Mónica Yaya, especialista en transparencia, criticó duramente este posible acto irregular: “Los congresistas tienen el deber constitucional de fiscalizar el uso de los recursos estatales, por lo que resulta inadmisible que sus familiares participen en contratos con el Estado”.

Además, se detectó que Susel Paredes no incluyó información sobre su cónyuge ni sobre los contratos de Esmeralda en su declaración jurada de intereses, lo que generó suspicacias sobre posibles omisiones intencionales. Según expertos, esta falta de transparencia podría derivar en sanciones administrativas y perjudicar su reputación.

El programa Qali Warma ya ha sido objeto de múltiples cuestionamientos por presuntas irregularidades en sus contrataciones. Este caso, según organizaciones civiles, agrava la desconfianza en uno de los pilares del sistema de asistencia social en el país.

Ni Susel Paredes ni Gracia Aljovín han emitido un pronunciamiento oficial hasta el momento. Por su parte, la Contraloría ha recibido pedidos de diversas entidades para investigar a fondo el caso y determinar responsabilidades, a fin de garantizar la integridad en la administración de los recursos públicos.