El atentado contra los integrantes de la orquesta Agua Marina habría sido consecuencia de una disputa entre remanentes de las bandas criminales Los Sanguinarios de la Construcción y Los Injertos del Cono Norte. Ambas organizaciones se encuentran enfrentadas por el control de los eventos musicales en Lima tras la caída de sus principales cabecillas.
Las pesquisas apuntan a que Adam Smith Lucano Cotrina, alias “Jorobado”, y Erick Moreno Hernández, conocido como “El Monstruo”, encabezaban las redes que dominaban el negocio de la extorsión y el cobro de cupos a artistas y promotores. Hace poco más de un mes, Moreno habría enviado una amenaza directa a la agrupación de cumbia, advirtiendo que sus antiguos “protectores” habían perdido poder y que, desde entonces, debían responder a sus condiciones para continuar realizando presentaciones en la zona norte de la capital.
De acuerdo con documentos judiciales y fuentes policiales, Los Sanguinarios de la Construcción mantenían a Agua Marina bajo un sistema de extorsión conocido como “chalequeo”, incluso cuando su líder Lucano se encontraba recluido en el penal Ancón I. A través de su operador Glemn Antonio Montes Malaver, alias “Glen”, y la empresa A&S Producciones, esta red controlaba conciertos y festivales, imponiendo cobros ilegales, manejando la venta de bebidas alcohólicas y ofreciendo una falsa seguridad a los músicos.
Las autoridades sospechan que los recientes operativos contra ambas organizaciones han dejado un vacío de poder que reavivó los conflictos por la administración de los espectáculos y las extorsiones a orquestas. Este enfrentamiento, según las fuentes consultadas, habría derivado en el atentado contra la agrupación piurana, una de las más reconocidas del país.
El nexo entre el crimen organizado y el mundo del entretenimiento no es nuevo. En enero del año pasado, Lucano intentó organizar un evento en el estadio Gálvez Chipoco con Agua Marina y La Primerísima, mientras que en 2023 se repitió un esquema similar en Carabayllo, con la misma orquesta como cabeza de cartel. En ambos casos, las autoridades detectaron maniobras para encubrir el cobro de cupos mediante empresas de fachada.
La rivalidad entre “El Monstruo” y “Jorobado” se originó en Lima norte, cuando ambos comenzaron a disputarse el control del cobro de cupos en el sector de construcción civil. Esa guerra territorial ahora habría trasladado su escenario al negocio musical, un ámbito donde los ataques con granadas, como el ocurrido en la discoteca Xanders de San Juan de Lurigancho, donde se presentaría Chechito y los Cómplices de la Cumbia, se han vuelto un reflejo de la violencia que amenaza a todo el circuito artístico nacional.
Fuente: CanalB
La agrupación Unión Naval, conformada…
El gobernador regional de La…
El alcalde de Pataz, Aldo Carlos…
El alcalde de Lima, Rafael López…
Los principales gremios del transporte…