El fiscal supremo Tomás Gálvez declaró que la actual titular del Ministerio Público, Delia Espinoza, debería ser suspendida de su cargo por decisión del Congreso y la Junta Nacional de Justicia (JNJ), al sostener que ha incurrido en múltiples delitos en los últimos días. En declaraciones a medios locales, afirmó que, a su criterio, los hechos son flagrantes y merecen la destitución de la fiscal de la Nación.

Gálvez también señaló que es víctima de reglaje y persecución política, los cuales, aseguró, provienen del propio Ministerio Público bajo la dirección de Espinoza. Relató que, tras un encuentro con Patricia Benavides en su despacho, él y la exfiscal fueron seguidos y grabados subrepticiamente por funcionarios de la institución. El magistrado sostuvo que cuenta con pruebas de este seguimiento y que en los próximos días formalizará la denuncia.

En esa línea, consideró que el trasfondo de estas acciones busca abrirle una carpeta fiscal para impedir que pueda convertirse en fiscal de la Nación. Según explicó, la posibilidad de que asuma el cargo genera temor en ciertos sectores porque no podrían condicionarlo. “Eso les aterra porque saben que a mí no me van a condicionar”, subrayó.

El magistrado también respondió a la denuncia anónima que lo vincula con el abogado José Luis Castillo Alva, implicado en el caso Los Cuellos Blancos del Puerto. Al respecto, aseguró que dicha versión es un invento atribuido a Pablo Sánchez, Rocío Sánchez y Sandra Castro. Negó cualquier irregularidad y afirmó que Castillo fue su defensa legal, con quien coincidió en un evento público en el que había varios fiscales presentes.

Finalmente, Gálvez rechazó que existiera alguna irregularidad en su reunión con Castillo Alva y calificó la acusación como parte de un intento de desprestigiarlo. Insistió en que las imputaciones contra él carecen de sustento y forman parte de un esquema de presión política dentro del Ministerio Público, lo que, en su opinión, confirma la necesidad de sancionar a los responsables de estos actos.