La concesionaria Rutas de Lima (RDL) anunció que ha iniciado un proceso de disolución y liquidación, luego de que la Junta General de Accionistas adoptara el acuerdo el pasado 29 de septiembre. Según la empresa, la medida se debe a lo que calificó como “actos de hostigamiento” por parte de la Municipalidad Metropolitana de Lima, así como a omisiones de distintas entidades del Estado peruano que, aseguran, han puesto en riesgo su sostenibilidad financiera.

El comunicado de la concesionaria precisa que el cierre de 26 casetas de peaje en la capital privó a la compañía de más del 60% de sus ingresos, lo que agravó su situación económica. Pese a ello, sostuvo que continuó ejecutando al 100% sus obligaciones de operación y mantenimiento de las vías concesionadas, entre ellas el servicio de auxilio vial y de emergencias con grúas livianas y semipesadas.

El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, ha señalado en diversas oportunidades que la concesión de Rutas de Lima debía quedar sin efecto, postura que en su momento generó rechazo de Brookfield, uno de los principales inversionistas de la empresa. Esta tensión con la comuna limeña es parte del contexto que motivó la decisión de iniciar la liquidación.

No obstante, Rutas de Lima aseguró que seguirá operando las vías concesionadas y garantizará tanto la seguridad vial como el cumplimiento de sus compromisos con trabajadores y proveedores. Enfatizó que la liquidación no supone el abandono de las responsabilidades inmediatas que mantiene con la ciudad.

Finalmente, la compañía advirtió que tanto ella como sus accionistas se reservan el derecho de recurrir a instancias nacionales e internacionales para salvaguardar sus derechos frente a lo que consideran una “destrucción de la inversión” provocada por decisiones del Estado peruano.