En medio de un intenso debate sobre la compra de 24 aviones de combate, el teniente general FAP (r) Julio Valdez Pomareda ha señalado que el Perú enfrenta un estado de indefensión total debido a la obsolescencia de su flota aérea.

Valdez resaltó la necesidad de adquirir aeronaves modernas para reemplazar los actuales MiG-29, Mirage 2000 y Sukhoi Su-25, cuyo uso operativo ha quedado ampliamente superado por el tiempo.

Valdez explicó que los Mirage 2000, comprados a Francia en 1982 e incorporados entre 1986 y 1987, junto con los MiG-29 y Sukhoi Su-25 de origen bielorruso adquiridos en 1996, han cumplido más de 40 años de servicio. Según el exjefe militar, estos equipos no ofrecen las capacidades necesarias para garantizar una defensa aérea disuasiva.

“Estamos atrasados 40 años en tecnología. Hoy, no tenemos con qué respaldar al país en términos de capacidad aérea. La única arma realmente disuasiva es la Fuerza Aérea”, subrayó Valdez.

El dilema actual de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) gira en torno a la adquisición de 24 aviones de última generación, con opciones como el F-16 Block 70 de Estados Unidos, el Rafale F4 de Francia, o el Gripen E/F de Suecia. Sin embargo, la propuesta ha encontrado resistencia.

Una encuesta reciente revela que el 92 % de los ciudadanos se opone a la compra, priorizando la seguridad ciudadana sobre la inversión en defensa militar. Al respecto, Valdez criticó que las encuestas influyan en decisiones de seguridad nacional. “Las encuestas no deben ser referentes para la defensa del país. Son percepciones que pueden ser manipuladas”, advirtió.

Valdez evocó experiencias del pasado, como la reducción de la compra de los Mirage 2000 durante el primer gobierno de Alan García y los problemas operativos que enfrentó la FAP en la guerra del Cenepa con Ecuador en 1995. “Muchos pilotos murieron porque la falta de aviones nos pasó factura”, recordó, añadiendo que la única manera de evitar conflictos es mantener una fuerza aérea moderna y disuasiva.

Para Valdez, la renovación de la flota aérea es una prioridad que no debe postergarse. “Sin una defensa aérea adecuada, la seguridad del país está en peligro”, concluyó.