Walmart, el minorista más grande del mundo, ha decidido desmantelar varias de sus políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI, por sus siglas en inglés), uniéndose a un creciente número de corporaciones estadounidenses que han optado por reducir o eliminar estas iniciativas en medio de presiones ejercidas por grupos conservadores.
La compañía confirmó este lunes una serie de cambios que incluyen no renovar el compromiso de $100 millones destinado al Centro de Equidad Racial, creado en 2020 tras el asesinato de George Floyd. Además, Walmart dejará de priorizar la diversidad de género y raza en la selección de proveedores y ya no participará en el índice anual de inclusión laboral de la Campaña de Derechos Humanos, que evalúa el apoyo a los empleados LGBTQ+.
La empresa también anunció que revisará las subvenciones a eventos del Orgullo para evitar financiar contenidos inapropiados para niños y reforzará el control sobre los productos comercializados por terceros, incluyendo aquellos dirigidos a menores en proceso de transición de género.
El comentarista político Robby Starbuck celebró la decisión de Walmart como “un triunfo” para el movimiento conservador, afirmando que había mantenido conversaciones con la empresa. Grupos conservadores, envalentonados por el fallo de la Corte Suprema de EE.UU. en 2023 que eliminó la acción afirmativa en admisiones universitarias, han redoblado esfuerzos para impugnar las políticas corporativas de DEI, presentando demandas y campañas mediáticas contra empresas como Ford, Harley-Davidson y Lowe’s.
La postura de Walmart refleja un cambio en el clima político tras la victoria electoral del expresidente Donald Trump, quien ha criticado abiertamente las iniciativas de DEI. Entre sus aliados figura Stephen Miller, líder de America First Legal, un grupo que ha impulsado demandas contra políticas corporativas de inclusión.
Un portavoz de Walmart señaló que algunos cambios ya estaban en marcha desde hace tiempo, como la sustitución del término “DEI” por “pertenencia” en descripciones de puestos de trabajo y comunicaciones internas.
“Hemos emprendido un viaje y sabemos que no somos perfectos, pero cada decisión procede del deseo de fomentar un sentimiento de pertenencia, abrir puertas a oportunidades y ser un Walmart para todos”, afirmó la empresa en un comunicado.
Mientras Walmart y otras empresas replantean sus políticas, sectores progresistas han instado a las corporaciones a mantener su compromiso con la diversidad. Un grupo de legisladores demócratas apeló recientemente a los líderes de las Fortune 1000, argumentando que los programas de DEI son esenciales para garantizar igualdad de oportunidades en el lugar de trabajo.
Sin embargo, el repliegue de Walmart marca un punto de inflexión en la lucha cultural y política que define las decisiones corporativas en Estados Unidos, dejando en el aire el impacto que estas medidas tendrán en su fuerza laboral de 1,6 millones de empleados en el país.
Fuente: CanalB
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