Walt Heyer, extransexual, ha expresado que la ideología de género constituye una industria que puede tener un impacto negativo en las vidas de personas vulnerables. Él sostiene que se están promoviendo tratamientos y procedimientos que pueden tener consecuencias dañinas, incluyendo la afirmación de que se están creando niños trans.

Heyer también señala que las personas con disforia de género tienen un mayor riesgo de depresión y suicidio.

Algunos estudios han encontrado que, después de someterse a procedimientos de reasignación de sexo, el riesgo de depresión y suicidio entre las personas trans no disminuye, sino que puede aumentar.

Heyer resalta que, como grupo, las personas trans que han pasado por cirugías de reasignación de sexo tienen un alto riesgo de intento de suicidio, con casi un 50% de probabilidades, lo que es uno de los más altos en comparación con otros subgrupos de la población.

A pesar de estas preocupaciones, Heyer menciona que las terapias de reasignación de sexo siguen siendo promovidas como el tratamiento principal para personas con disforia de género, incluyendo a niños.

Además, hay un movimiento para eliminar la disforia de género como trastorno mental en los manuales médicos, lo cual tiene implicaciones tanto políticas como médicas.