El debate sobre el sistema previsional vuelve a colocarse en la agenda regional tras la publicación de un informe que compara las jubilaciones mínimas en distintos países de América Latina. Según los datos, Perú se encuentra en los últimos lugares con una pensión mínima de apenas 165 dólares mensuales, muy por debajo de naciones como Uruguay (475 dólares), Colombia (341 dólares) o Costa Rica (319 dólares).

La brecha evidencia la fragilidad de la protección social para los adultos mayores peruanos, especialmente si se toma en cuenta que la mayoría depende de la pensión mínima para subsistir. A diferencia de lo que ocurre en otros países de la región, el monto en Perú no guarda relación con el costo de vida, lo que genera un fuerte impacto en la calidad de vida de los jubilados.

En paralelo, las protestas de jubilados en Argentina han visibilizado un problema compartido en la región: el bajo nivel de ingresos frente al aumento de la inflación y de los servicios básicos. Mientras en Buenos Aires se reclama por la continuidad de la moratoria previsional y la cobertura total de medicamentos, en Perú los debates giran en torno a la sostenibilidad del sistema de pensiones y la necesidad de una reforma integral.

Otros países de la región con cifras similares a la peruana son Paraguay, con 167 dólares, y Honduras, con 156 dólares. En el extremo opuesto, Venezuela marca un contraste dramático al registrar una pensión mínima de apenas 1,9 dólares mensuales, prácticamente simbólica frente a cualquier costo de subsistencia.

La comparación regional deja en evidencia que Perú necesita discutir con urgencia medidas que permitan mejorar los ingresos de sus jubilados. Especialistas coinciden en que sin una reforma que asegure sostenibilidad y aumente progresivamente los montos, la situación de los adultos mayores seguirá siendo una de las más precarias de América Latina.