El 28 de julio de 2024, millones de venezolanos que residen en el extranjero no podrán votar en las elecciones presidenciales debido a las restricciones impuestas por el gobierno de Nicolás Maduro. Las normativas del Registro Electoral, que exigen documentos difíciles de obtener, como un pasaporte vigente y una cédula de identidad, han limitado significativamente la participación de la diáspora venezolana.

Según datos de la ONU, aproximadamente ocho millones de venezolanos han emigrado, y de estos, unos cinco millones son mayores de edad y deberían poder votar. Sin embargo, solo 69.211 están registrados para participar en estas elecciones. La situación ha generado preocupaciones sobre la legitimidad y transparencia del proceso electoral.

La exigencia de presentar documentos vigentes es la principal barrera que impide que muchos venezolanos en el extranjero puedan registrarse para votar. Además, la percepción de fraude y manipulación electoral por parte del régimen de Maduro ha desmotivado a muchos emigrantes a participar en el proceso.

Líderes opositores como Dinorah Figuera y Antonio Ledezma, exiliados en España, han expresado su temor de que Maduro no acepte los resultados y han instado a los gobiernos europeos a tomar medidas para prevenir el fraude electoral.

En Colombia, que alberga a cerca de tres millones de venezolanos, las dificultades administrativas han impedido que muchos puedan votar. En España, el país europeo con mayor número de migrantes venezolanos, solo una fracción ha logrado registrarse debido a los estrictos requisitos.

En Perú, donde residen aproximadamente 1,5 millones de venezolanos, solo 589 están habilitados para votar, según el Consejo Nacional Electoral (CNE).