El presidente argentino, Javier Milei, participó en el Foro Económico Mundial de Davos, donde desató una avalancha de críticas hacia lo que denominó "la epidemia del wokismo".

Durante su intervención, el mandatario cargó contra las políticas progresistas, las iniciativas medioambientales y la defensa de los derechos de género, afirmando que estas ideas son un “cáncer” que amenaza con destruir las bases de las sociedades libres.

Milei aseguró que desde foros internacionales se promueven agendas como la diversidad de género y el feminismo radical, las cuales, según él, solo buscan "penalizar el disenso" y justificar una mayor intervención estatal. Señaló que “el wokismo es un régimen de pensamiento único sostenido por instituciones que distorsionan causas nobles para avanzar agendas autoritarias”.

El presidente argentino también atacó al colectivo LGBT, acusándolo de querer imponer ideas que van en contra de lo que llamó “el sentido común”. En un discurso que generó polémica, afirmó que “la ideología de género constituye abuso infantil” y vinculó a los homosexuales con comportamientos pedófilos, citando casos judiciales recientes como ejemplo de sus afirmaciones.

En su discurso, Milei tampoco escatimó críticas hacia el feminismo y la brecha salarial de género. Cuestionó las denuncias de desigualdad laboral con comentarios irónicos, como el hecho de que “ninguna mujer se queja de que todos los plomeros sean hombres”. Además, calificó de “absurdas” las legislaciones que promueven tratamientos médicos relacionados con la identidad de género, argumentando que estas decisiones tendrán efectos devastadores a largo plazo.

El presidente argentino también dedicó parte de su intervención a descalificar el ecologismo radical y las políticas relacionadas con el cambio climático, calificándolas de “siniestro ambientalismo”. Argumentó que el clima ha cambiado naturalmente en el pasado y que las posturas alarmistas buscan frenar el desarrollo económico y culpabilizar a la humanidad.

Milei aprovechó para destacar lo que considera logros de su administración, como el equilibrio fiscal y el control de la inflación en Argentina, y reafirmó que su gobierno representa un modelo de liderazgo que rechaza las ideas progresistas. Entre sus aliados internacionales, mencionó a líderes como Donald Trump, Viktor Orbán y Giorgia Meloni, a quienes ve como parte de una “gran alianza en defensa de la libertad”.