El expresidente de Estados Unidos y actual candidato republicano, Donald Trump, fue objetivo de un nuevo intento de asesinato el pasado domingo en el Trump International Golf Club de West Palm Beach, Florida. Un hombre armado con un rifle AK-47 con mira telescópica fue detenido cerca del campo de golf mientras Trump jugaba, según reportaron medios estadounidenses como CNN.

El incidente ocurrió alrededor de las 13:30 (hora local), cuando agentes del Servicio Secreto detectaron al individuo oculto entre arbustos a unos 300-500 metros del lugar donde Trump se encontraba. Tras ser descubierto, el sospechoso intentó huir, pero fue interceptado por las autoridades, que lograron detenerlo gracias a la rápida identificación de la camioneta en la que escapaba.

La Oficina Federal de Investigación (FBI) ha confirmado que el suceso está siendo investigado como un intento de asesinato. Según los primeros informes, el arma y varios objetos personales, incluidas dos mochilas y una cámara GoPro, fueron encontrados en la zona donde el sospechoso se ocultaba.

Aunque la identidad del atacante no ha sido divulgada oficialmente, algunos medios como Fox News y el New York Post han identificado al detenido como Ryan Wesley Routh.

El expresidente Trump, quien resultó ileso, emitió un comunicado poco después de los hechos, asegurando que se encontraba a salvo: "Nada me detendrá. ¡Nunca me rendiré!", afirmó con su habitual retórica.

Este es el segundo intento de asesinato que enfrenta Trump en los últimos meses. En julio, fue herido en la oreja derecha durante un mitin en Pensilvania, lo que provocó una revisión completa de las medidas de seguridad por parte del Servicio Secreto.

Las autoridades estadounidenses, incluida la Casa Blanca, han expresado alivio tras conocerse que el expresidente está fuera de peligro. Kamala Harris, rival demócrata de Trump, también condenó el intento de violencia, afirmando que "la violencia no tiene cabida en Estados Unidos".