Durante una audiencia en el Senado de Estados Unidos, el experto en seguridad y exfuncionario del Tesoro Marshall Billingslea advirtió que el grupo terrorista Hezbolá ha consolidado en Venezuela su principal centro de operaciones en el continente americano.

Según su testimonio, la organización utiliza el territorio venezolano para financiarse mediante actividades ilícitas como el narcotráfico, el contrabando y el lavado de dinero, en coordinación con redes locales y transnacionales.

Billingslea detalló que tras la destrucción de parte de su estructura bancaria en Medio Oriente, Hezbolá reconfiguró sus mecanismos de financiamiento internacional, desplazando gran parte de sus operaciones hacia América del Sur. En este proceso, Venezuela se habría convertido en un punto clave para el tráfico de cocaína procesada, conocida como “cocaína negra”, que se disfraza químicamente para evadir controles y es enviada hacia Europa, África y Estados Unidos.

El testimonio presentado ante el Senado también señaló que operativos del grupo cuentan con documentación venezolana, lo que facilitaría su movilidad en la región. De acuerdo con el exfuncionario, miles de pasaportes habrían sido emitidos a favor de agentes vinculados a Hezbolá, algunos de los cuales lograron ingresar a territorio estadounidense. Billingslea calificó esta situación como “una amenaza directa a la seguridad nacional de Estados Unidos” y exigió mayores controles migratorios.

Asimismo, sostuvo que el régimen de Nicolás Maduro actúa como una “plataforma institucional y financiera” para las operaciones de Hezbolá, permitiendo el uso de bancos y empresas estatales para el movimiento de fondos. Añadió que estas conexiones no solo proporcionan refugio logístico, sino también respaldo político, lo que fortalece la presencia del grupo en América Latina y amplía su capacidad de acción en la región.

Finalmente, Billingslea advirtió que diversas agencias de inteligencia han detectado el traslado de cuadros militares de Hezbolá desde Medio Oriente hacia Sudamérica en los últimos meses. Este movimiento, según dijo, confirma la expansión activa de la organización en el hemisferio occidental, aprovechando la debilidad institucional y la protección de gobiernos aliados.