El Ministerio de Relaciones Exteriores reincorporó al embajador Fortunato Quesada Seminario en cumplimiento de una orden judicial que declaró nula su destitución de 2018. La medida fue oficializada mediante resolución ministerial firmada por el canciller Elmer Schialer y dispone que el proceso disciplinario contra el diplomático se reinicie desde cero.

Quesada había sido separado del Servicio Diplomático tras un proceso interno que lo responsabilizó por presunto maltrato laboral y hostigamiento durante su gestión como embajador en Israel. Sin embargo, en 2023 el Décimo Séptimo Juzgado de Trabajo Transitorio de Lima anuló la sanción al detectar irregularidades en el procedimiento, decisión que fue confirmada en segunda instancia y ratificada en 2025 por la Corte Suprema, que declaró improcedente un recurso de casación presentado por la Cancillería.

La defensa del embajador, liderada por el abogado Enrique Ghersi, sostuvo que la destitución fue producto de un montaje y violó tanto la Constitución como la Ley del Servicio Diplomático. Según su alegato, las resoluciones que lo sancionaron se basaron en pruebas irregulares y vulneraron su derecho al debido proceso.

Fuentes vinculadas al caso señalaron que una de las razones por las que la Corte Suprema rechazó el recurso fue la existencia de grabaciones ilegales en el expediente disciplinario. Con la reincorporación, Quesada recupera su condición dentro del escalafón diplomático, mientras el Ministerio deberá reiniciar el procedimiento desde la etapa inicial.

Queda pendiente determinar si la Cancillería adoptará medidas respecto a los funcionarios que impulsaron la destitución en 2018. Por lo pronto, la resolución que devuelve a Quesada a la carrera diplomática marca un nuevo capítulo en una controversia que ha enfrentado durante años a la administración del Servicio Exterior con el ahora restituido embajador.