El jurista Enrique Ghersi ha señalado que la reciente controversia en torno al Cardenal Juan Luis Cipriani es parte de una estrategia de ataque dentro de la Iglesia, que tiene como principal objetivo al alcalde de Lima, Rafael López Aliaga.

La situación se desató después de que López Aliaga condecorara a Cipriani con la medalla al mérito de la Ciudad Capital el pasado 7 de enero de 2025, lo que provocó la filtración de unas acusaciones de presunta pederastia que datan de 1983.

Cipriani, en una carta aclaratoria, refutó las acusaciones, asegurando que nunca tuvo oportunidad de defenderse y que solo en 2018 fue informado de las denuncias en su contra. Además, destacó que las sanciones impuestas por el Papa Francisco, que incluyeron su exilio, se tomaron sin darle la oportunidad de ser escuchado.

Ghersi sostiene que el ataque a Cipriani no es un simple asunto religioso, sino un acto político. Según el jurista, cuando Cipriani comenzó a tener una participación política, aunque mínima, especialmente al asociarse con López Aliaga, los enemigos tanto dentro como fuera de la Iglesia reaccionaron rápidamente.

Esta asociación entre Cipriani y López Aliaga, quien también ha jugado un rol relevante en el ámbito político, especialmente con su relación con la derecha cristiana y socialmente conservadora, representa una amenaza significativa para la izquierda. Ghersi agrega que la reacción contra Cipriani refleja una guerra interna dentro de la Iglesia, que en gran medida está siendo impulsada por los sectores más radicales que tienen influencia dentro del Vaticano.

A su juicio, esta lucha se enmarca en la decadencia de la izquierda tradicional y la creciente influencia de actores como Cipriani, quien ha sido un símbolo de resistencia contra el terrorismo y un líder de una iglesia con fuerte arraigo popular.