Por Martha Meier M.Q., publicado en Expreso

En su libro ‘El Colapso de Occidente’ el antropólogo e historiador Francisco Gil White sostiene que el muftí Hajj Amín al Husseini (sobre quien nos referimos la semana pasada) “jugó el doble papel de director del genocidio nazi del pueblo judío europeo, y padre del movimiento árabe palestino que hoy día disputa territorios estratégicos del Estado judío”. Según las investigaciones de Gil White, el muftí Hajj Amín al Husseini fue recibido “con honores por los nazis y asumió responsabilidades clave en la maquinaria de la Solución Final, entre ellas “administró con Adolfo Eichmann el sistema de campos de muerte que exterminó entre cinco y seis millones de judíos europeos”.

Así que a todos los coleguitas desinformados y sacha políticos que andan besuqueando la bandera Palestina, mejor exhiban de una vez la szvastica y cambien su polo del Che Guevara por el de Hitler, porque son instrumentos del antisemitismo. Da lástima ver a jóvenes lanzando arengas a favor de Palestina, olvidando que su inservible presidente, Mahmoud Abas, no llama a elecciones desde 2005, y básicamente es la cara civil de Hamás.

Israel es apenas un punto en el mapa, rodeado por teocracias tiránicas que no reconocen ningún derecho a sus ciudadanos. El brutal ataque contra Israel el 7 de octubre pasado marca un antes y un después en occidente; y su política en la región. Esto provocó el rechazo de todos aquellos que condenamos el terrorismo y consideramos al pueblo de Israel protagonista de la primera gran revolución de la historia por la libertad (de su esclavitud a manos de los egipcios) y la lucha de los derechos, que son base de las democracias occidentales.

El grupo libanés chií Hezbolá -respaldado por Irán- ha abierto un nuevo frente en el norte de Israel y lanzado numerosos ataques. Las muchas caras de Irán (guerrillas pro iraníes en Irak y Siria o los hutíes en Yemen) tienen una sola meta: combatir a Israel y a Estados Unidos, sus dos grandes enemigos. ¿Por qué? Pues representan la libertad y los derechos humanos, sobre los cuales los musulmanes escupen como lo haría Hitler.

Europa está viviendo un alarmante crecimiento antisemita. Como buenos hijos del nazismo, vandalizan sinagogas y marcan con la Estrella de David los hogares judíos. En Berlín, Alemania lanzaron molotovs contra una sinagoga; en Cannes, Francia, apuñalaron a un hombre junto a un templo judío, y en Melilla, atacaron la sinagoga de esa comunidad autónoma de España, convertida en cuartomundista por la invasión musulmana (38,7%).

En 2012 el vicepresidente del partido egipcio Wafd, Ahmed Ezz El‑Arab, declaró al Washington Times que los atentados terroristas del 11 de septiembre, el Holocausto y el diario de Ana Frank son invenciones.

¿Qué tal? Así de brutos están quienes lloran por Palestina, que es el gran villano de lo que ocurre en medio oriente.