El Poder Judicial, a través de la Autoridad Nacional de Control (ANC-PJ), ha suspendido por seis meses a la jueza superior Paola Luz Valdivia Sánchez, magistrada de la Corte Superior de Lima, en medio de una investigación por presuntos vínculos indebidos con el cómico Andrés Hurtado Grados, conocido popularmente como “Chibolín”. La medida también incluye la apertura de un procedimiento disciplinario en su contra.

La ANC-PJ, mediante su Unidad de Procedimiento Disciplinario, dictaminó la suspensión temporal de Valdivia Sánchez para asegurar el desarrollo normal del proceso y garantizar la efectividad de la resolución final. Esta decisión se fundamenta en la Constitución y en el Reglamento de Procedimiento Administrativo Disciplinario de la ANC-PJ.

Entre las faltas atribuidas a la jueza, se encuentran el presunto uso de lenguaje ofensivo en intervenciones públicas y la sospechosa remodelación de su departamento en Pueblo Libre, aparentemente realizada por el propio Andrés Hurtado. En una grabación emitida por Willax Televisión, Valdivia lanzó amenazas y expresó improperios en una llamada telefónica para intentar frenar investigaciones periodísticas en su contra. “Que me toque y yo hablo”, afirmó la magistrada, refiriéndose a reportes sobre su presunta relación con el cómico y el Estudio Muñiz.

El caso comenzó a resonar tras los reportes del periodista Umberto Ortiz, quien destapó el aparente tráfico de influencias que habría favorecido a Hurtado. La jueza, en una entrevista, reconoció que Hurtado había remodelado su departamento en la Avenida Brasil, aunque luego rectificó sus declaraciones, afirmando que el cómico solo había ofrecido ideas para la remodelación.

La ANC-PJ señaló que estas faltas podrían tener serias implicancias en la credibilidad del sistema judicial y en la actuación de la magistrada. Se espera que las investigaciones arrojen mayor claridad sobre la relación entre Valdivia y Hurtado, así como el alcance de sus presuntos vínculos.