El presidente de la Cámara de Comercio Brasil Perú (Cambraper), Rafael Torres, señaló que la inversión brasileña en el país podría alcanzar los 3,000 millones de dólares en los próximos tres años, si se acelera la entrada en vigencia del Acuerdo de Profundización Económica (ACE 58). Según explicó, este convenio lleva ocho años firmado pero aún sin plena aplicación, lo que ha frenado su potencial para dinamizar la integración bilateral.

Torres sostuvo que el acuerdo permitiría ampliar la conexión productiva entre ambos países, reducir barreras arancelarias y no arancelarias, ofrecer mayor seguridad jurídica y abrir la puerta a un flujo sostenido de capitales. El planteamiento fue expuesto durante el encuentro “Diagnóstico y Proyecciones de Demanda Comercial: Hoja de ruta para la integración Perú–Brasil–Eje Asia Pacífico”, organizado por Cambraper en Lima.

El gremio afirma que Perú tiene la posibilidad de convertirse en un articulador clave para el comercio sudamericano hacia la región Asia-Pacífico. Sin embargo, Torres advirtió que este objetivo no se alcanzará sin una estrategia de largo aliento. “Se requiere priorización, articulación y visión más allá de los ciclos políticos”, alertó.

Cambraper identificó seis desafíos principales para fortalecer la cadena de valor binacional. El primero es una modernización profunda de la infraestructura logística, empezando por la red vial costera y las rutas que conectan con Brasil. También se plantea la ampliación de corredores estratégicos como IIRSA Norte e IIRSA Sur, además del impulso a sistemas intermodales que integren carreteras, ferrocarriles, hidrovías y puertos.

El segundo reto es potenciar la logística aérea mediante infraestructura más eficiente y competitiva. El tercero apunta a facilitar la operación de transporte transfronterizo con normas claras, servicios más ágiles y controles que no generen sobrecostos. A ello se suma la necesidad de una ventanilla única aduanera que elimine cuellos de botella y permita un flujo comercial más fluido.

Finalmente, Torres subrayó que la seguridad jurídica será determinante para atraer inversión. “Los inversionistas necesitan predictibilidad y reglas estables”, afirmó, indicando que el crecimiento binacional dependerá de un marco que brinde confianza y permita acelerar tanto proyectos públicos como privados en la integración Perú–Brasil.