El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este lunes una orden ejecutiva que impone un arancel del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio. Desde el Despacho Oval, Trump justificó la medida afirmando que busca fortalecer la industria estadounidense y reducir la dependencia de importaciones extranjeras.
La decisión, que entrará en vigor el 4 de marzo, ha generado reacciones tanto en el ámbito político como en el económico. Canadá y México, dos de los principales exportadores de estos materiales a Estados Unidos, han expresado su rechazo, señalando que la medida es “injustificada” y podría afectar la competitividad de América del Norte.
El impacto también se sentirá en América Latina. México, que destina más del 80% de sus exportaciones de acero y aluminio al mercado estadounidense, podría enfrentar serias dificultades en sectores como el automotriz y el de construcción. Argentina, que en 2024 fue el séptimo mayor exportador de aluminio a EE.UU., y Brasil, que ocupa el segundo lugar en exportaciones de acero, también ven amenazada su posición en el mercado.
Los economistas advierten que estos aranceles encarecerán la producción de industrias clave como la aeroespacial, automotriz y energética, lo que podría repercutir en precios más altos para los consumidores. Además, la medida se suma a la guerra comercial con China, cuyo gobierno ya impuso represalias económicas en respuesta a los nuevos aranceles de Trump.
El sector manufacturero de América Latina observa con incertidumbre los efectos de esta política proteccionista, mientras algunos países evalúan opciones para mitigar su impacto en sus economías.
Fuente: CanalB
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