En los meses previos a las elecciones al Parlamento Europeo, diversas campañas de desinformación de origen ruso han inundado las redes sociales del continente. Entre ellas, se encuentran supuestos informes sobre tropas alemanas enviadas a luchar en Ucrania, polacos huyendo de la "dictadura de la Unión Europea" y teorías que vinculan a la UE con el atentado contra el primer ministro eslovaco Robert Fico. Estas narrativas, según expertos, buscan generar división en Europa y debilitar su apoyo a Ucrania.

Rusia ha encontrado aliados estratégicos dentro de la UE, tanto en gobiernos como en partidos de oposición, que favorecen sus intereses. Entre ellos destaca el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien mantiene una relación cercana con Moscú y ha desafiado reiteradamente las políticas europeas de apoyo a Kyiv. También se menciona al primer ministro eslovaco, Robert Fico, quien ha expresado opiniones favorables hacia Putin y ha cuestionado el respaldo militar a Ucrania. Además, partidos de extrema derecha en países como Francia, Alemania e Italia han mostrado simpatías con el Kremlin, promoviendo posturas euroescépticas y nacionalistas.

Según Ian Bond, subdirector del Centre for European Reform, la estrategia de Putin se basa en dividir a sus adversarios en lugar de fortalecer su propio país. "Si logra fracturar a la UE y debilitar su relación con Estados Unidos, ya es una victoria para él, sin importar el resultado de las elecciones", señala Bond.

Más allá de las afinidades políticas, la influencia rusa también se ha evidenciado en casos de financiamiento a partidos y figuras europeas. Recientemente, se desarticuló una red prorrusa que pagaba a diputados europeos para difundir propaganda favorable al Kremlin, lo que encendió las alarmas en Bruselas. La vicepresidenta de la Comisión Europea, Věra Jourová, advirtió que la UE no puede permitirse "ir un paso por detrás" en la lucha contra la injerencia extranjera.

Las elecciones al Parlamento Europeo, que se celebran del 6 al 9 de julio, definirán la composición del órgano legislativo de la UE, encargado de aprobar presupuestos y leyes junto con el Consejo de la UE. Un aumento en la representación de fuerzas prorrusas o euroescépticas podría afectar la postura del bloque en temas clave, como las sanciones a Rusia o el apoyo militar y financiero a Ucrania. Ante este escenario, la UE ha reforzado sus mecanismos de defensa contra la desinformación y la interferencia política, aunque la influencia de Moscú sigue siendo un desafío latente en la política europea.