Opinión

¡Adiós a las vacunas genéricas!; por Manolo Fernández

Publicado el 04 de febrero de 2025

Gigantes en la historia, pero atrapados en el pasado: El precio de la falta de innovación en un mundo de constante evolución viral

 

Por Manolo Fernandez – CEO FARVET Chincha

 

A lo largo de la historia, ciertos actores de la industria farmacéutica de vacunas se han erigido como verdaderos gigantes, marcando hitos con sus descubrimientos y productos. Durante décadas, su dominio fue indiscutible, su conocimiento irrefutable y su influencia, absoluta. Sin embargo, el tiempo y las condiciones del sector no son estáticos; el crecimiento exponencial de la población avícola ha traído consigo un cambio fundamental en la dinámica de las enfermedades infecciosas, convirtiéndolas en amenazas más impredecibles, agresivas y adaptativas. Y aquí es donde estos titanes han fallado: lo que alguna vez fue suficiente, hoy es obsoleto.

 

La avicultura moderna enfrenta desafíos sin precedentes. La densidad poblacional de las aves en producción ha multiplicado las oportunidades para que los patógenos evolucionen, generando cepas más resistentes y altamente contagiosas. La interconectividad global facilita la propagación de estas enfermedades a velocidades impensables hace unas décadas. Mientras tanto, la industria farmacéutica de vacunas avícolas sigue cargando con paradigmas del pasado, aferrándose a tecnologías que alguna vez fueron innovadoras, pero que hoy resultan insuficientes ante la velocidad y agresividad con la que mutan los virus. A esta lista se suma una amenaza creciente: Salmonella, una bacteria que no solo afecta la salud avícola, sino que también representa un riesgo significativo para la salud pública, exigiendo soluciones innovadoras y efectivas.

 

El problema no radica en la falta de conocimiento, sino en la falta de adaptación. Muchos de los laboratorios que alguna vez lideraron el campo siguen operando con una mentalidad de resistencia al cambio. Han priorizado la explotación de fórmulas antiguas, confiando en su historial y su nombre en lugar de invertir en estrategias disruptivas que permitan adelantarse a la evolución viral. El avance de las vacunas vectorizadas y recombinantes, los desarrollos en inmunología aplicada, las nuevas tecnologías de emulsión, empleo de adyuvantes más potentes y la integración de la bioinformática con la producción de biológicos han demostrado ser herramientas indispensables en la lucha contra enfermedades emergentes. Sin embargo, mientras algunas compañías han tomado la delantera en esta revolución biotecnológica, otras se han estancado en la comodidad de su legado.

 

Dentro de este panorama de crisis e inmovilismo, Farvet ha demostrado una mentalidad visionaria, comprendiendo que el problema no solo radica en la inmunización con vacunas genéricas, sino en la erradicación efectiva del virus dentro de las poblaciones avícolas. Mientras otros se aferraban a la producción de vacunas permeables, Farvet comprendió que estas soluciones, aunque protegen a las aves vacunadas, no impiden la transmisión del virus y, peor aún, facilitan su mutación. Este enfoque obsoleto ha permitido la persistencia de enfermedades en la industria, generando la falsa ilusión de control mientras, en la sombra, el virus continúa adaptándose y encontrando nuevas formas de supervivencia.

 

Por ello, Farvet ha apostado por un camino más audaz e innovador: el desarrollo de vacunas esterilizadoras, capaces de romper completamente el ciclo de transmisión del virus en las poblaciones avícolas. Al eliminar la posibilidad de que las aves vacunadas actúen como portadoras silenciosas, se reduce drásticamente la presión de selección que empuja a los virus a evolucionar y generar nuevas cepas. Esta estrategia ha llevado a la reivindicación de las autovacunas o vacunas homólogas, diseñadas específicamente para las cepas circulantes en cada región o granja, ofreciendo una solución personalizada y altamente efectiva frente a la variabilidad genética de los patógenos.

 

La falta de innovación y la resistencia al cambio por parte de la industria han traído consecuencias graves. Hoy, la industria avícola enfrenta una de sus crisis sanitarias más alarmantes: la Influenza Aviar, cuya expansión descontrolada amenaza dramáticamente la salud de otras especies animales e incluso la humana. Esta crisis ha dejado en evidencia las limitaciones de las estrategias tradicionales de vacunación y control epidemiológico. Pero la Influenza Aviar no es el único enemigo en la sombra; la avicultura sigue luchando contra la continua mutación de REO VIRUS, GUMBORO, HEPATITIS A CUERPOS DE INCLUSIÓN, ANEMIA INFECCIOSA, BRONQUITIS INFECCIOSA, NEWCASTLE, entre muchas otras enfermedades emergentes y reemergentes. Cada uno de estos virus representa una amenaza constante para la producción avícola y, en algunos casos, para la seguridad alimentaria y la salud pública mundial.

 

No basta con haber sido pioneros en el pasado. La naturaleza de la industria farmacéutica de vacunas demanda innovación constante, un enfoque proactivo en lugar de reactivo y, sobre todo, la capacidad de anticipar amenazas antes de que se conviertan en crisis globales. Aquellos que se rehúsen a aceptar esta realidad corren el riesgo de volverse irrelevantes, no por falta de historia, sino por falta de visión. En un mundo donde la mutación viral no se detiene, el estancamiento equivale al fracaso. Farvet ha entendido esta premisa y ha tomado la delantera en una nueva era de la sanidad avícola, donde la clave del éxito no es solo proteger, sino eliminar el problema desde su raíz.

 

Farvet da un salto al futuro de la sanidad avícola.


Con su nuevo equipamiento de última generación impulsado por inteligencia artificial, Farvet se posiciona en la vanguardia biotecnológica, listo para enfrentar los grandes desafíos sanitarios de la industria avícola del futuro. Innovación, precisión y ciencia al servicio de la avicultura mundial. NO DUDES EN VISITARNOS Y MANTENERTE ACTUALIZADO

 

 

 

 

Fuente: CanalB

Noticias relacionadas

Escribe un comentarios
Últimas publicaciones