Por José Antonio Torres Iriarte, publicado en Expreso

La República Popular China, con más de 1400 millones de habitantes, estuvo bajo el liderazgo de Mao Tse Tung entre 1948 y 1976. Luego de la muerte de Mao, se inició un proceso de reformas económicas que permitieron el desarrollo de las fuerzas productivas, registrando cifras sorprendentes de crecimiento económico a lo largo de más de cuarenta años, sacando de la pobreza a centenares de millones de personas.

Hoy China aspira a ser la primera economía mundial en las próximas décadas, siendo actualmente un destino seguro para inversionistas y grandes conglomerados empresariales. En China se ha cumplido la fase de acumulación capitalista, lo que permite que capitales chinos participen en las principales bolsas de valores del mundo, siendo China un tenedor de bonos del Tesoro de los Estados Unidos.

China, como exportador de mercancías a todo el mundo, registra superávit comercial y ha suscrito Tratados de Libre Comercio con el  Perú. China, como socio comercial y como inversionista, es determinante para la economía peruana, ya sea como importador de materias primas (minerales y metales especialmente) o como inversionista en el sector minero y energético.

El Partido Comunista de la República Popular China no solo ejerce el gobierno, sino que ejerce control social sobre su población. Las libertades sindicales o de expresión, virtualmente no se ejercen en China. Sin embargo, las grandes reformas económicas puestas en marcha hace décadas han permitido la reducción de la pobreza y el crecimiento de grandes ciudades.

China hoy invierte en África y América Latina en particular, formando parte del Foro Asia-Pacífico y de los BRICS, que hace pocos días tuvieron como anfitrión a Vladimir Putin. Los lazos entre Perú y China se han multiplicado en los últimos lustros. La próxima inauguración del Megapuerto de Chancay reviste la mayor importancia en el plano de la logística portuaria, permitiendo que el Perú asuma un mayor protagonismo en el Pacífico Sur.

El Perú ha suscrito múltiples Tratados de Libre Comercio, ha diversificado su oferta exportadora, y el valor de nuestras exportaciones se ha multiplicado varias veces, con el empuje del sector agroexportador. Defendamos la estabilidad económica y financiera del Perú, pero a la par seamos realistas.

La República Popular China tiene un papel activo en una economía global, en la que progresivamente vienen perdiendo peso tanto los Estados Unidos como la Unión Europea, afectados por el progresismo y la Agenda 2030. El Perú debe saber tratar con capitalistas e inversionistas extranjeros, sin que ello signifique una cesión de soberanía nacional.

Hoy es necesario defender nuestras fronteras, evitar la depredación de nuestros recursos marinos, asegurar la defensa nacional, garantizar la seguridad ciudadana y reducir la pobreza. El Perú está llamado a ser un país líder en América Latina, sin caer en las garras de ninguna potencia extranjera.