Opinión

Cosmopolitismo sí, globalismo no, por Diego de la Torre de la Piedra

Publicado el 13 de enero de 2025

Por Diego de la Torre de la Piedra, empresario

Publicado en El Reporte


Es importante distinguir entre el globalismo woke y un cosmopolitismo inteligente que aprende y toma lo mejor de otras culturas sin perder nuestras raíces y tradiciones. El globalismo es una inflamación del cosmopolitismo sano, producto de la bacteria progre-caviar que pretende una multiculturalidad anárquica y promiscua del "todo vale", derivada de una pérfida metafísica relativista al estilo de Yuval Harari, donde hay un culto al hedonismo desenfrenado, atentando contra los valores tradicionales de Occidente: Dios, Patria y Familia. Como muy bien dice el Dr. Thomas J. Lorenzo: "El marxismo woke, como todo lo concerniente al socialismo-comunismo, solo se trata de la toma de poder y control de la población".

 

Para ello, la debilitación de los estados nacionales y la familia son indispensables para su plan de adoctrinamiento, división y dominación total de la sociedad. El progre-caviar y/o el liber-progre no tienen ningún interés en las necesidades de la federación de "colectivos vulnerables" que supuestamente protegen, a quienes alimentan de resentimiento y odio. Por el contrario, apalancan su poder político exacerbando el resentimiento, o mejor dicho, creando ese resentimiento, para convertirlos en votantes de su pérfida ideología disfuncional que los mantendrá en lo único que les interesa: el poder total.

 

La tiranía totalitaria del modernismo woke es alimentada por Big Tech, Big Finance y Big Pharma. En particular, los líderes de Big Tech (neo-hippie tycoons o nerds empoderados) proyectan sus fantasías de control y desenfreno hedonista al estilo de Harari, usando el tremendo poder de las plataformas digitales que dominan. El reciente viraje de Zuckerberg es saludable, pero parece que es un simple acomodo. Ojalá sea un ajuste en su brújula moral. El totalitarismo neo-marxista woke es explicado brillantemente por Vivek Ramaswamy en su libro Woke Inc. y por Agustín Laje en La Batalla Cultural, lecturas que recomiendo fervientemente a los "gerentitos woke" que se "pusieron de pie" contra Merino. Seguramente no los leerán y seguirán siendo seducidos por intelectuales caviares mediocres como el "Levitsky boy" Alberto Vergara o por intelectuales diabólicos como Harari, porque "están de moda" o porque algún artista mono-neuronal de Chollywood y/o Hollywood los cita y/o lee.

 

Qué pena dan los liber-progres o pseudo-derechita caviar, víctimas de su ignorancia, frivolidad y poco vigor intelectual que los hace ser sumisos a la ideología progre tan vil y nefasta para el Perú y la humanidad. Para muestra un botón: Canadá tiene hoy el 61% del PBI per cápita de Estados Unidos. Antes del "darling caviar" Justin Trudeau, Canadá tenía un PBI per cápita muy similar al de Estados Unidos.

 

Felizmente, hay un viento de aire fresco en Europa con Meloni y en Sudamérica con Milei, apoyados por brillantes jóvenes intelectuales como Miklos Luckacs, Agustín Laje, Axel Kaiser, Adriana Tudela, Vivek Ramaswamy, Lucas Guersi, Santiago Carranza-Vélez, Francisco de Piérola, Víctor Andrés Marroquín, Rollin Thorne, Eduardo Dibós, Víctor Andrés Belaúnde Gutiérrez, Joaquín de los Ríos, Nicolás Márquez y muchos otros que están ganando día a día la batalla cultural. En 1990 cayó el muro de Berlín del marxismo económico. Pronto caerá el marxismo cultural. Venceremos la guerra cultural con belleza, verdad, valentía, bondad, sentido común y fe. Añado también inteligencia, talento y gestión.

 

Hay que luchar sin denuedo. Como me dice una gran amiga española: "Vamos a ganar la partida porque nuestra bandera es la verdad y Dios nos acompaña".

 

 

 

 

Fuente: CanalB

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