Por Luis García Miró Elguera, publicado en Expreso

Solo en nuestro país, la justicia ha llegado a extremos de convertirse en injusticia. ¿Culpables? Dos fiscaletes, sin duda empoderados por un impresentable ex Fiscal de la Nación llamado Pablo Sánchez; y también, por la insufrible sucesora de este, Zoraida Ávalos. A ambos fiscaletes que integran este espacio circense de atropellos e iniquidades, se les conoce por la magnitud con que acabaron siendo endiosados -y protegidos- por la mafia caviar, que lidera un sujeto llamado Gustavo Gorriti, cuyo único propósito fue, es y continuará siendo politizar, corromper y -por qué no decirlo- conducir a su antojo -y a extremos delirantes- la Fiscalía de la Nación del  Perú.

Lo que estos dos asaltantes trajeados de fiscales -llamados Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez Gómez- hicieron con el llamado proceso Lava Jato fue invertir los roles ante la justicia, transformando en víctimas a Odebrecht, a Graña y Montero y a José Graña Miró Quesada -junto con aquellas llamadas “contratistas del Club de la Construcción”. Simultáneamente, en una épica jornada de ilusionismo, ambos fiscaletes transformaron al Estado peruano en victimario de aquellos delincuentes seriales. Tanto es así, que hoy Odebrecht no tiene proceso judicial alguno planteado por el Perú, ni tampoco le debe un centavo a nuestro país. ¡Todo lo contrario! Porque, a la fecha, el Estado peruano está demandado internacionalmente por la contratista brasileña, refiriéndonos al pago de miles de millones de dólares por conceptos muy estrambóticos y falsos. ¡No solamente esto! Vela y Pérez montaron toda una estrategia de “defensa” para encubrir a Odebrecht, parte de ella corresponde a un indigno pacto llamado “Acuerdo Secreto de colaboración eficaz entre Odebrecht y el Perú”. El solo título del mamotreto revela la trampa de osos urdida por Vela y Pérez para encriptar su contubernio contra el Estado peruano. Y, por tanto, contra treinta millones de  peruanos. Indudablemente, Vela y Pérez armaron un mamotreto ilícito de tal magnitud, únicamente para encubrir los miles de millones de dólares robados por la contratista brasileña, estafándonos con el mayor de los desparpajos. No solamente esto. Odebrecht corrompió a cinco presidentes del Perú, además de ministros y cuanto burócrata fuese necesario para redondear su faenón. Y como corona, resulta que aquellos dos fiscaletes comprometieron al Perú a no requerir a Odebrecht la devolución de aquellos astronómicos sobrecostos –fueron miles de millones de dólares- pagados por el Estado peruano; ni a cobrar un dólar por daños y perjuicios, etc. Incuestionablemente, Vela y Pérez no solo jamás cautelaron los intereses del Perú, sino que dejaron libremente a Odebrecht para que nos demande. ¡Como que lo ha hecho, por varios miles de millones de dólares!

Para conjurar su escándalo, los satánicos Pérez Gómez y Vela Barba establecieron un demonizado mecanismo para difundir infundios, tanto a través de la miserable prensa caviar -integrada, entre otros, por los periódicos El Comercio, La República y los canales 2, 4, 5, 8, 9- como mediante estaciones radiales, entre aquellas, Exitosa y RPP.

¡Hasta ayer seguía encriptado el infame pacto secreto! ¡Y los fiscales Vela y Pérez permanecían en libertad!