Por Ernesto Álvarez Miranda, publicado en Expreso
Las sociedades más desarrolladas son aquellas donde solo dos partidos políticos pueden aspirar a gobernar. Obviamente, pueden existir muchos otros partidos, pero no son capaces de llevar a su líder a la jefatura de gobierno. Así, el régimen político inglés que evolucionó durante siglos, tiene como primer ministro a Rishi Sunak, actual líder del Partido Conservador, mientras que tiene al frente, en la Cámara de los Comunes, al Partido Laborista, presidido por quien lidera la “leal oposición de Su Majestad”, Keir Starmer. Es el sistema electoral uninominal, donde cada pequeño distrito electoral elige tan solo un diputado, se produce una fuerte tendencia hacia el bipartidismo. Eso significa que el elector inglés sabe de antemano cómo piensa cada partido, conoce sus valores tanto como sus propuestas en cada una de las áreas donde el Estado participa promoviendo, supervisando o regulando. Así, el margen de engaño o de sorpresa se reduce al mínimo, pues los dirigentes y posibles candidatos están expuestos permanentemente al escrutinio ciudadano. Inclusive, se menciona que hay un efecto de moderación en la natural confrontación política, pues si la expectativa de gobernar solo recae en dos partidos, sus dirigentes se cuidan de no ofender gravemente a los opositores ni propiciar persecuciones judiciales contra sus adversarios, dejando así a la Justicia manos libres para efectuar de manera imparcial sus investigaciones y procesos.
En los Estados Unidos sucede algo similar, entre el Partido Republicano y del Partido Demócrata, aunque la grave polarización ha logrado evidenciar la conveniencia de recuperar en ambas estructuras el discurso moderado y respetuoso con los Acuerdos Fundamentales sobre los que el régimen norteamericano tejía la necesaria legislación bipartidista. Alemania es otro ejemplo, aunque matizado por el sistema electoral mixto, pues cada elector vota por un candidato a diputado por su distrito, y en el mismo acto, vota por la lista de un partido, pudiendo cruzar incluso su preferencia. Aun así, existen dos partidos que pueden gobernar, aunque en alianza con alguno de los partidos menores. El líder de los socialdemócratas del SPD, Olaf Scholz, ha formado un gabinete “semáforo” con los Verdes y los liberales, teniendo en la oposición a los socialcristianos de la CDU y a la derecha alternativa del AfD.
En Chile, el binominalismo produjo la necesidad de establecer dos grandes bloques de partidos: la Concertación de izquierda y la Alianza de derecha. Qué importante sería tener en el Perú solo dos grandes agrupaciones políticas capaces de ganar en segunda vuelta, recordemos que no hay desarrollo económico sin estabilidad y predictibilidad política.
Fuente: CanalB
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