Por Javier Díaz Orihuela, exsenador de la República
Publicado en Expreso
Con enorme esfuerzo y despliegue logístico, el país se apresta a ejecutar el Foro Asia-Pacífico y así recibir a mandatarios y líderes empresariales globales que, reiteramos, representan para el Perú el 67% de su comercio exterior y 10,000 millones de dólares en inversiones arraigadas en suelo patrio. A todo ello, se suman los beneficios que este evento traerá para nuestra imagen, proyectando una resonancia planetaria que se desplegará desde Lima la próxima semana.
Sin duda, el evento es una extraordinaria oportunidad para que el Perú interactúe con la élite de la economía empresarial, las finanzas corporativas y la tecnología de última generación. De esta forma, mostrará su producción creciente y competitiva, ávida de nuevos mercados y consumidores en otros continentes. Por su parte, los ejecutivos que visitarán Lima indagarán sobre qué es posible importar, si existe mercado para sus productos o si las condiciones locales permiten instalar sus propias fábricas y producir partes o productos finales en el país.
La inversión directa se materializa cuando existen condiciones favorables, como incentivos tributarios, una mano de obra capacitada e incluso la producción local de algunos insumos finales. Sin embargo, hay dos factores clave que determinan esta decisión: el temperamento político local y el marco macroeconómico que el país respeta.
Se trata, pues, de captar nuevas inversiones para generar riqueza y empleo. En este contexto, se sabe que algunos empresarios están interesados en invertir en las Zonas Económicas Especiales Privadas (ZEEP), cuya orientación no compite con la producción local, sino que se enfoca en nuevas áreas de producción altamente tecnificadas.
Los inversionistas comparan los impuestos de cada país para determinar dónde colocar su capital y en qué sector operar. Lo aconsejable sería una tasa inicial cero, que se incremente con el tiempo. La gran ventaja es contar con un megapuerto en Chancay y un gran aeropuerto. No digo que esta posibilidad se concrete los días 14, 15 y 16 de noviembre durante el Foro APEC, pero sí permite establecer relaciones serias que pueden fructificar en el tiempo. Nuestro sector privado y gobierno nacional, junto con el sector privado visitante, son los protagonistas de este trascendental paso para precisar los alcances de las futuras ZEEP.
Pero no todas son buenas noticias. El presidente de la Asociación Nacional de Transportistas ha anunciado un boicot al Foro APEC, politizando así justos reclamos que demandan seguridad y el fin de la delincuencia. Esta amenaza debe ser rechazada, ya que el objetivo de vivir en paz y crecer es, precisamente, uno de los pilares de APEC.
Hace cinco años (octubre de 2019), el presidente Sebastián Piñera canceló la cumbre mundial del clima y el Foro APEC debido a las protestas que sacudieron Chile. Hoy, muchos chilenos perciben que el país está peor que hace cinco años. Otro pudo haber sido el rumbo si se hubieran realizado estos eventos. ¡Que la historia no se repita en el Perú!
Fuente: CanalB
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