Por Augusto Cáceres Viñas
Si, desde muy niño obedeciste a tus padres ciegamente e hiciste lo que ellos te indicaron, así pareciera algo muy sacrificado y complejo para tu edad.
Si, trabajaste y estudiaste durante tu niñez, pubertad y adolescencia, y a los 19 años ya estabas apto para ganarte la vida, pero decidiste estudiar más para servir a tu patria.
Si, desde muy joven luchaste por tus ideales y soportaste el escarnio, la venganza y la humillación por ello, sin vergüenza y con honor.
Si, desde siempre, reconociste tus errores y actuaste con humildad y volviste a encaminar tu vida por la senda correcta.
Si, toda tu vida, antepusiste a tus acciones, tus valores y principios y los defendiste públicamente aún a costa de sacrificar tu carrera o proyecto de vida.
Si, siempre, a pesar de todas las vicisitudes has demostrado tu capacidad, conocimientos y profesionalismo en cualquier oficio, labor, profesión o trabajo que has desempeñado y te esforzaste como nadie, para ser cada día mejor.
Si, desde muy joven, sin miedo y públicamente has defendido a la democracia y te la has jugado por ella.
Si, defiendes a la familia con todas las fuerzas de tu corazón y les prodigas amor y cuidado toda tu vida.
Si, ya con un oficio, trabajo, profesión o carrera hecha y encaminada, decidiste servir a tus conciudadanos como funcionario público; congresistas, ministro, gobernador, consejero, alcalde o regidor y, a trabajaste duro por ellos y su bienestar.
Si, en los momentos difíciles para la nación aceptaste un arriesgado encargo y te enfrentaste con decisión, coraje, sapienza, fortaleza y voluntad, aún a costa de tu integridad personal, sabiendo y sintiendo que los enemigos de la patria, internos y externos, te intentarán destruir, encarcelar o matar y estés dispuesto a ello, así tengas en ese momento; 45, 50, 60 o más años.
Si, siempre fuiste leal y correcto con tu familia, amigos y compañeros y, te enfrentaste a todos tus adversarios y enemigos con honor y magnanimidad.
Si, exiges a los demás con intensidad y dureza para que cumplan con sus deberes y la ley, pero eres al mismo tiempo igual de duro contigo para cumplir con tus deberes, las normas y la constitución.
Entonces mi querido amigo y lector, eres tan igual como el gran Almirante Miguel Grau.
El Perú, requiere, hoy más que nunca y de manera urgente, a más peruanos que vivan permanentemente como Miguel Grau, y no solo lo recuerden, conmemoren, se aflijan o conduelan, los 8 de octubres de cada año, ¡No!
Todos los peruanos tenemos la obligación de intentar, cada día de nuestras vidas, vivir como Miguel Grau, solo así nuestra patria, el Perú, saldrá del profundo hoyo moral y social en el cual, nos encontramos hoy.
¡Gloria a Grau!
¡Si!
Vivamos como él lo hizo.
Mucho Mejor, aún.
Lima 8 de Octubre del 2024
Augusto Cáceres Viñas
Fuente: CanalB
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