Escrito por Juan Carlos Suttor en el blog Sin Pelos en la Lengua
Primero fueron los 2 millones de venezolanos que nos invadieron gracias a la estúpida generosidad de Pedro Pablo Kuczynski y a la diáspora provocada por Hugo Chávez primero y después por Nicolás Maduro. De esos 2 millones nos llegaron algunas pocas buenas personas, profesionales que perdieron todo en su país; decentes y trabajadores. Pero una gran mayoría son porquería y delincuentes, como los de "El Tren de Aragua". En mi mente, teniendo a muchos amigos venezolanos, y que me perdonen, me queda "Venezolano en Perú = delincuente = ladrón".
Estimado lector, ¿Usted arriesgaría su vida pidiendo los servicios de empresas como Rappi, PedidosYa u otras similares? Si lo hace, está poniendo en peligro su vida y la de su familia, porque la mayoría de sus despachadores son venezolanos y de esa mayoría, casi todos son delincuentes.
Pero vamos a lo nuestro que hoy es el problema boliviano. En Bolivia la nacionalización del gas que hizo Evo Morales en el 2006, simplemente, liquidó la industria gasífera. Las pocas empresas que quedaron dejaron de invertir en exploraciones, y desde el 2014 el gas comenzó a agotarse y hubo un descenso dramático de las exportaciones. En el altiplano la receta socialista, al igual que en Cuba, Nicaragua, Venezuela y ahora México, que tanta pobreza y muerte ha causado en la humanidad, implementa subsidios a la gasolina y diésel: cuestan alrededor de US$ 0,53; no obstante que los precios reales se duplican: entre US$ 1,20 y US$ 1,25. Y, según ha informado el propio gobierno socialista, Bolivia depende del 86% de importaciones en diésel y 56% de gasolina para abastecer la demanda interna.
El modelo de sustitución de importaciones y la aterradora combinación de proteccionismo con subsidios, seguido por este país, previsiblemente ha creado una bomba de tiempo que está a punto de estallar. Desde la nacionalización del gas hasta el anunció, días atrás, del presidente de Yacimientos Petroleros de Bolivia acerca de que en dicho país no hay combustibles porque no hay dólares, se ha desarrollado el mismo libreto que crea la pobreza en la región.
Hoy en Bolivia los camiones de transporte, las unidades de transporte público y los automóviles privados hacen colas interminables por varios días en busca de gasolina y diésel para poder movilizarse. Con el paso de las semanas, la falta de transporte desabastecerá de alimentos básicos a las ciudades, lo cual evidentemente generará acaparamiento de productos, inflación, etc., como la que sufrimos los peruanos en los 80. Mientras tanto el gobierno socialista de Luis Arce anuncia que se venderá combustible a las empresas mineras y otros sectores, pero a precios del mercado internacional. Esto, inevitablemente, obligará a decenas de miles de bolivianos desesperados a cruzar la frontera, creándonos otro gran problema, además del venezolano.
De acuerdo con los registros oficiales de la Superintendencia Nacional de Migraciones, el flujo migratorio regular de ciudadanos bolivianos en la frontera sur andina entre Perú y Bolivia se mantiene estable y, en los últimos meses, ha mostrado incluso una ligera disminución. Pero ¿creen estos ineptos de Migraciones que los bolivianos hacen su colita en su oficina para entrar y salir mostrando su pasaporte o documento de identidad? Lo cierto es que al igual que los venezolanos, se cuelan por todos lados y seguiremos llenándonos de delincuentes.
Y mientras la presidente Boluarte vive como "Alicia en el país de las maravillas", el Perú se sigue desangrando, sin reforzar a nuestra policía, a Migraciones, al INPE o a nuestro podrido sistema judicial.
Esta semana toca la segunda vuelta electoral en Ecuador. Si Luisa González, la delfín del comunista Rafael Correa, gana, lo cual veo probable porque los votantes ecuatorianos son tan brutos como los peruanos y puede haber fraude, podríamos tener hasta una tercera ola migratoria.
¡Dios nos coja confesados!
Fuente: CanalB
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