La población chilena ha rechazado, por segunda vez en dos años, una nueva Constitución. En un plebiscito celebrado el pasado domingo, el 55,76% de los votos se inclinaron hacia la opción "en contra", dejando atrás la propuesta liderada por el Partido Republicano.

José Antonio Kast, tras conocer los resultados, reconoció que no lograron convencer a los chilenos sobre la superioridad de la nueva Constitución. Este proceso de redacción constitucional se inició en respuesta a las protestas masivas de 2019, donde más del 80% de los votantes mostraron su apoyo para reemplazar la Constitución vigente desde la era de Pinochet.

El presidente Gabriel Boric, en un discurso televisado, declaró el cierre momentáneo del proceso constitucional durante su mandato, enfocándose en otras urgencias. Este resultado refleja un ciclo de altas expectativas seguido de desilusión tras el estallido social, con una continuidad de la Constitución de 1980, aunque modificada en diversas ocasiones desde entonces.

El rechazo sucesivo a propuestas constitucionales de distintos sectores políticos evidencia la división y la dificultad de alcanzar un consenso sobre el cambio de la Carta Magna en Chile.