Una delegación integrada por seis especialistas del FBI, la DEA y otras agencias de seguridad de Estados Unidos llegó a Lima por invitación del presidente José Jerí, con el propósito de brindar asistencia técnica en la formulación del nuevo Plan Nacional de Seguridad.

La misión permanecerá una semana en el país y sostendrá reuniones con entidades clave del Estado, entre ellas el Ministerio del Interior, el Ministerio de Defensa, la Cancillería y la Policía Nacional. Según informó la embajada estadounidense, los expertos cuentan con amplia experiencia en investigación criminal, crimen organizado y cooperación internacional.

El canciller Hugo De Zela señaló que la primera reunión se realizó este miércoles y permitió un intercambio preliminar de información sobre la situación de la delincuencia en el Perú. Indicó además que se ha encargado a la delegación la elaboración de un diagnóstico detallado de los principales factores delictivos y un conjunto de recomendaciones operativas y estratégicas que sirvan como base para la propuesta peruana de fortalecimiento de la seguridad ciudadana. Estos insumos, precisó, se integrarán en el proceso que lidera el Ejecutivo para construir una política integral y de largo plazo.

Durante la sesión inicial en Palacio de Gobierno, el presidente Jerí reconoció las graves falencias que arrastra el país en materia de seguridad y destacó la importancia de incorporar enfoques internacionales con resultados comprobados. Subrayó que el apoyo de la misión estadounidense no responde a un único patrón metodológico, pero confirmó que el modelo Bratton será uno de los referentes evaluados, dada su eficacia en la reducción de delitos en diversas ciudades del mundo. El mandatario insistió en la necesidad de articular esfuerzos entre el Gobierno central, la Policía, las Fuerzas Armadas y los municipios.

El Ejecutivo también informó que las jornadas incluirán reuniones con representantes del Congreso de la República y con equipos técnicos de distintos sectores vinculados a la seguridad interna. La expectativa es consolidar un esquema multisectorial que combine prevención del delito, respuesta operativa inmediata, inteligencia policial y fortalecimiento institucional. De acuerdo con fuentes gubernamentales, la asistencia de EE.UU. permitirá acelerar la formulación de protocolos comunes y mecanismos de coordinación entre las distintas entidades involucradas.

En paralelo, la Cancillería comunicó que el Perú continúa evaluando alternativas de cooperación con otros países para complementar la asesoría técnica recibida esta semana. De Zela aseguró que se mantienen conversaciones con distintos gobiernos interesados en apoyar iniciativas de seguridad ciudadana, con el fin de ampliar el alcance de la cooperación internacional y diversificar las metodologías aplicadas al contexto local.

La presencia de la misión estadounidense marca el inicio formal del proceso de reestructuración de la política nacional de seguridad, una prioridad del actual Gobierno ante el incremento de delitos violentos y la expansión de organizaciones criminales. Con la participación del FBI, la DEA y agencias asociadas, el Ejecutivo busca sentar las bases de una estrategia más técnica, articulada y sostenida, que permita enfrentar de manera efectiva las principales amenazas a la seguridad pública en el país.