Entrevista de Aaron Salomón, publicada en Expreso
Directora de la Asociación Origen alertó que lo que sucedió en la inauguración de los Juegos Olímpicos “pasa todos los días, a toda hora, en distintas dimensiones y con efectos hasta más graves”.
Hemos sido testigos de un espectáculo bochornoso en la inauguración de París 2024. ¿Cómo es posible que se burlen del cristianismo? ¿Qué tienen que ver drag queens con el deporte?
Absolutamente nada. Es un “espectáculo” de corte político, no deportivo. El cristianismo, más allá de si uno lo practica o no como religión, es la esencia de la cultura occidental. Es conservadora, pero no entendiendo esto como algo retrógrado, sino como aquello que precisamente conserva lo bueno de las tradiciones que, finalmente, ayudan a una convivencia civilizada. Para que el progresismo, o también conocido como wokismo, triunfe, tiene que hacerlo sobre las cenizas del cristianismo. Por eso el ataque frontal a este. Mientras haya un cristiano vivo, los progresistas estarán en la cuerda floja.
Un hecho inaceptable es que usen a niños para este fin.
No es algo casual. El progresismo desde hace poco más de 100 años fue primero a matar a Dios (ateísmo), después mató al padre (rechazo a la autoridad), luego a la madre (feminismo radical y aborto) y ahora va por el niño que, ya sin padres, con la patria potestad destruida, está a merced del Estado. El niño pasó de ser hijo a ser un ciudadano cuyos derechos más importantes son los sexuales y reproductivos. Ya sabemos qué puede pasar cuando los niños están solos.
Soy liberal y estoy a favor de la unión civil homosexual, pero estos shows no ayudan a la causa por la que supuestamente ellos pelean. El wokismo hace, más bien, polarizar a la sociedad.
Hay que diferenciar la homosexualidad con el activismo LGTBIQ. El segundo no es representativo del primero. La homosexualidad es una conducta que debe permanecer en lo privado como cualquier otra conducta sexual. El activismo es un movimiento que busca incidir en lo político. En lo público. El wokismo se basa en el conflicto. Siempre hay un oprimido y un opresor: mujer/hombre, blanco/negro, rico/pobre, heterosexual/homosexual, hijo/padres, etc.
Mencionaste, en una publicación en X, que es mejor que haya ocurrido este bodrio para provocar el rechazo de la mayoría, pero este ha sido avalado por el presidente de Francia, Emmanuel Macron. No es moco de pavo.
Lo que ha sucedido en la inauguración de las Olimpiadas de París 2024 pasa todos los días, a toda hora, en distintas dimensiones y con efectos hasta más graves. Y desde hace muchos años. Lo que pasa es que no se transmite en todas las pantallas del mundo al mismo tiempo. Pasa en colegios, bibliotecas, películas, música, series, libros, plazas públicas, premios, pintura, escultura, discotecas, museos, parlamentos, ministerios, hospitales, oenegés, entre otros. Pero nos escandaliza lo “grande” y no lo pequeño, que es en esa pequeñez en dónde se está destruyendo nuestra cultura. Y debido a que no nos escandaliza lo pequeño es que se ha avanzado tanto como para ver lo que vimos en Francia.
Todos los que se escandalizan por lo de las Olimpiadas son de alguna manera responsables por no haber protestado antes. Hace años que se dice que el monstruo se acerca. Solo reaccionamos cuando está en la sala de nuestra casa sosteniendo a nuestros hijos. Y eso es lo que mucha gente ha experimentado viendo la inauguración de las Olimpiadas. Han terminado (o empezado) de despertar.
He leído a otros que señalan que lo que se pretende es incomodar al conservadurismo para que los LGTBI sufran ataques y se victimicen. Una vez víctimas, podrán seguir avanzando con su agenda.
Es su método tradicional de agenda setting. Como decía antes, el conflicto. Lo que yo veo en distintos ámbitos es que más gente abre los ojos y ya no les cree. Ese efecto, con lo de las Olimpiadas, se debe haber multiplicado por millones.
Ahora que hablamos de agenda, ¿cuál es su caballo de batalla?
El caballo de batalla (y de Troya) es la Educación sexual integral (ESI). Quieren decir que es sinónimo de educación sexual, pero la ESI está basada en el enfoque de género que, a su vez, es la antropología que sostiene al wokismo o progresismo. Es a través de la ESI que adoctrinan a los niños y adolescentes para que todo esto que vimos en las Olimpiadas les parezca normal y hasta atractivo. La ESI tiene como base los llamados “derechos sexuales y reproductivos” que se sustentan en que toda persona (sin importar la edad) tiene derecho a tener relaciones sexuales mientras sean consentidas, seguras y placenteras. ¿Puede una niña de 12 años consentir de verdad frente a un adulto? Por eso hay que seguir luchando para que la ESI desaparezca de nuestro país y se implemente una educación afectivo y sexual basada en la biología, la ciencia y la verdad ontológica de los seres humanos.
En estos tiempos de mundo multicolor, ser conservador se ha vuelto una manera de ser contestatario.
Yo creo que la mayoría de seres humanos somos conservadores. Los woke son minoría. Pero han tenido más espacio mediático y político. Han hecho su trabajo. Han trabajado en su agenda frente a la indeferencia o cobardía de la mayoría silenciosa. Lo que se ve ahora es que más gente levanta la voz frente al sinsentido del progresismo. Por eso hay más ruido. Es que el monstruo ya está en la sala de todos los que no hicieron nada. Y se están defendiendo. Pero la gran mayoría de padres siguen educando a sus hijos bien. Esa es la esperanza, pues la batalla cultural se ganará en la mesa de la cocina, ahí donde padres, abuelos, hijos y nietos se sienten nuevamente juntos, dejando el celular, a hablar de las cosas importantes de la vida. No hay que perder el ánimo. El bien siempre triunfa.
“Las personas tenemos sexo, no género”
En sociología, se conoce al género como las características que tiene un hombre o mujer en la sociedad o, al menos, ese era el concepto clásico. ¿Por qué tú postulas que no existe el género?
El género vinculado a la sexualidad empieza en los años 70 del siglo pasado. Nunca antes se vinculó con las personas. Las personas tenemos sexo, no género. Lo que buscan equiparar con el género son conductas o roles sexuales que, bajo este enfoque, pasan del orden del “hacer” al del “ser”. Así, todas las conductas sexuales se convierten en identidad y, por tanto, deben ser moralmente iguales entre ellas. Cuando dices que las personas no tienen sexo, estás diciendo que no existen los hombres y las mujeres. De ahí se sigue una serie de consecuencias lógicas inevitables cuando aceptas esa premisa. Por ejemplo, si no existen el hombre ni la mujer, ¿dónde queda el matrimonio, y el derecho de los niños a tener un papá y una mamá?
Fuente: CanalB
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