A 18 años de haber sido reconocida como una de las siete maravillas del mundo moderno, Machu Picchu continúa enfrentando dificultades para recuperar el flujo turístico que tenía antes de la pandemia. Según datos del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), en 2024 la ciudadela inca recibió 76 mil visitantes menos que en 2019, lo que representa una caída del 5.4% en turistas extranjeros y un 2.9% en visitantes nacionales.
Esta disminución ocurre a pesar de que Machu Picchu sigue siendo uno de los principales emblemas del Perú a nivel internacional. Entre los factores que limitan su recuperación destacan el retraso en la construcción del aeropuerto internacional de Chinchero, en Cusco, así como las limitaciones operativas del actual aeropuerto Alejandro Velasco Astete, que ya no puede atender con eficiencia el aumento potencial de la demanda turística.
A ello se suma la creciente percepción de inseguridad en el país, un elemento que ha afectado negativamente la imagen del Perú como destino confiable, especialmente entre viajeros extranjeros. La inestabilidad política, las protestas sociales y los conflictos internos también han tenido un impacto directo sobre la actividad turística en regiones clave como Cusco.
Pese a estos desafíos, el sector espera que las obras de infraestructura pendientes y nuevas campañas de promoción internacional permitan revertir la tendencia en los próximos años. La reactivación plena del turismo hacia Machu Picchu es considerada vital no solo para la economía regional, sino también para la imagen del Perú como uno de los principales destinos culturales del mundo.
Fuente: CanalB
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