Australia se convertirá en el primer país del mundo en bloquear completamente el acceso de menores de 16 años a redes sociales como TikTok, Snapchat, Twitch, YouTube, Facebook e Instagram. La medida entrará en vigor en menos de una semana y contempla que Meta elimine desde este 4 de diciembre unas 500.000 cuentas pertenecientes a adolescentes de entre 13 y 15 años.

La decisión, inesperadamente respaldada por la mayoría de padres y sectores políticos, no tiene el mismo nivel de consenso entre especialistas.

El gobierno australiano fundamenta la medida en la sospecha de que el uso de redes sociales afecta la salud mental de los adolescentes, aunque no existe evidencia concluyente. La profesora Catherine Page, investigadora de medios de la Universidad de Sídney, advierte que las plataformas también funcionan como un espacio de apoyo para jóvenes con ansiedad, depresión u otros trastornos. “Una mayoría importante de adolescentes con problemas emocionales busca contención en redes. Ahora ese acceso desaparecerá”, señaló.

Las dudas se extienden también al terreno práctico. El profesor Terry Flew, experto en regulación digital, considera que la prohibición responde a la incapacidad histórica de las plataformas para cumplir sus propias reglas, como el requisito mínimo de 13 años para crear una cuenta. Sin embargo, tanto él como Page coinciden en que los sistemas de verificación previstos pueden ser sorteados con facilidad, lo que pondría en cuestión la eficacia real del bloqueo.

Meta informó que cumplirá la legislación australiana, pero pidió que la responsabilidad de verificar la edad recaiga sobre las tiendas de aplicaciones y no solo sobre los servicios de redes sociales. Además, prometió que los adolescentes afectados podrán restaurar sus cuentas y recuperar su contenido al cumplir los 16 años. La empresa ha comenzado a notificar a los usuarios que pronto perderán acceso, pero que podrán volver sin perder fotos, publicaciones ni historiales.

La medida continúa generando debate a días de aplicarse. Mientras el gobierno lo califica como un paso necesario para proteger a la juventud, investigadores y especialistas advierten sobre consecuencias invisibles: pérdida de espacios de socialización, restricciones a la libertad digital y menor acceso a redes de apoyo emocional. El 10 de diciembre marcará el inicio de un experimento global con impacto político, social y tecnológico cuya efectividad solo podrá medirse con el tiempo.