Internacional

Régimen cubano admite colapso económico y profundización de la escasez en la isla

Publicado el 15 de diciembre de 2025

El dictador cubano Miguel Díaz-Canel reconoció públicamente el grave deterioro de la economía de Cuba durante un discurso ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el que describió un escenario marcado por la contracción del Producto Interno Bruto, una inflación fuera de control y una severa escasez de alimentos que afecta a millones de ciudadanos en todo el país.

 

Con sus declaraciones, el jefe del régimen dejó en evidencia la magnitud de una crisis que atraviesa casi todos los sectores productivos. Díaz-Canel admitió que el PIB registró una caída superior al 4 % al cierre del tercer trimestre del año, reflejando la paralización de actividades clave y la incapacidad del modelo económico vigente para sostener el crecimiento.

 

El mandatario también señaló que la inflación continúa elevándose de manera persistente, lo que ha erosionado drásticamente el poder adquisitivo de salarios y pensiones. Según reconoció, el encarecimiento de los productos básicos ha intensificado el malestar social y ha agravado la inseguridad alimentaria en amplios sectores de la población.

 

Durante su intervención, Díaz-Canel detalló las dificultades cotidianas que enfrentan los cubanos, admitiendo que el sistema de distribución de alimentos presenta incumplimientos constantes y que la producción agropecuaria resulta insuficiente para cubrir las necesidades mínimas del país. Esta situación obliga a miles de familias a recurrir al mercado informal, profundizando la desigualdad y la frustración social.

 

El dictador atribuyó parte del deterioro económico al impacto del huracán Melissa, que causó daños significativos en infraestructura, viviendas y recursos productivos. Sin embargo, reconoció que el fenómeno natural solo agravó una realidad ya frágil, en la que los apagones frecuentes y el colapso del sistema energético afectan tanto la actividad productiva como la vida diaria.

 

El discurso incluyó una inusual admisión del descontento social, al reconocer la inconformidad generalizada por fallas en la gestión pública y la percepción de privilegios concentrados en pequeños grupos. Sin anuncios de reformas estructurales ni cambios de rumbo, la combinación de caída del PIB, inflación desbordada y escasez prolongada coloca a Cuba ante uno de los momentos económicos más críticos de su historia reciente, sin una salida clara a la vista.

 

 

 

Fuente: CanalB

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