Una de las operaciones más audaces de la guerra en Ucrania ha logrado lo que parecía improbable: la destrucción masiva de aviones estratégicos rusos mediante un ataque coordinado con drones FPV en aeródromos clave de Rusia, incluido por primera vez uno en Siberia.
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky confirmó que la acción, bautizada como Operación Telaraña, fue planificada durante más de un año y se llevó a cabo el domingo con 117 drones que habrían causado daños superiores a los 7.000 millones de dólares.
Los ataques alcanzaron cuatro bases aéreas ubicadas en todo el territorio ruso: Belaya, en Irkutsk; Olenya, en la región ártica de Murmansk; y las instalaciones de Ivanovo y Diaguilevo, ambas al este de Moscú. Según el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), los drones fueron ingresados clandestinamente en territorio ruso, ocultos en cabinas móviles, y operados a través de redes de telecomunicaciones locales. La ofensiva sorprendió a las defensas aéreas rusas, destruyendo 41 aeronaves entre bombarderos Tu-95MS, Tu-22M3 y aviones de alerta temprana A-50.
La pérdida es significativa para Rusia, ya que estos aviones son fundamentales en su capacidad de realizar ataques de largo alcance con misiles de crucero y coordinar la superioridad aérea. El Tu-95MS, por ejemplo, puede portar misiles nucleares y convencionales, mientras que el A-50 cumple un rol vital en el control del espacio aéreo. Según el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), esta acción limitará la capacidad rusa para efectuar operaciones aéreas ofensivas en el corto plazo.
Las consecuencias van más allá del daño material. Fuentes ucranianas estiman que Rusia tiene menos de diez unidades A-50 en funcionamiento, y que ya no produce chasis para los Tu-95 y Tu-22, lo que convierte estas pérdidas en casi irreemplazables. El golpe llega además en un contexto sensible, justo antes de una reunión prevista en Estambul entre delegaciones de ambos países, a la que Zelensky ha confirmado su asistencia.
Mientras tanto, Rusia respondió lanzando un ataque con drones Shahed contra la región ucraniana de Zaporiyia, que dejó tres heridos y dañó decenas de viviendas e infraestructuras críticas. El conflicto, lejos de menguar, continúa escalando en sofisticación y alcance, con la guerra de drones marcando un nuevo capítulo en la disputa por el control del cielo euroasiático.
Fuente: CanalB
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