Opinión

El desmadre, las exportaciones y el tipo de cambio; por Carlos E. Paredes

Publicado el 10 de octubre de 2025

Por Carlos E. Paredes, socio de Intelfin Estudios y Consultoría y docente de la U. Continental
Publicado en Gestión


1. Parece ser que los peruanos hemos internalizado que la economía y la política van por cuerdas separadas, por lo menos en el corto plazo. En este horizonte temporal, nuestro desempeño económico depende sobre todo de factores predeterminados —qué hicimos o no hicimos en el pasado— o exógenos, como los precios de nuestras exportaciones o el crecimiento económico mundial. En el mediano y largo plazo, la historia es otra: el deterioro institucional y político nos está pasando la cuenta. Hoy, el crecimiento potencial de la economía es menos de la mitad de lo que era hace 20 años.

 

2. Pero, ¿cuán separadas están esas cuerdas en realidad? ¿El desmadre político y social actual no afecta realmente a la economía en el corto plazo? Al compararnos con nuestros pares y constatar que sobresalimos en materia macroeconómica, solemos pensar que efectivamente, en el Perú, la economía y la política van por cuerdas separadas. ¡Error! Para responder a las preguntas con que iniciamos este párrafo deberíamos construir un escenario contrafactual: ¿a cuánto creceríamos sin el desmadre en el que vivimos?

 

3. En las últimas semanas estuvimos afectados por tres días de paro de transportistas en la capital y ayer por un feriado no laborable. ¡Menuda forma de promover la productividad, el crecimiento económico y el bienestar de la población! Cabe señalar que muchas de las protestas tienen un sustento válido. El actual desgobierno y la ausencia del imperio de la ley explican la extrema inseguridad que viven los peruanos. Un número muy grande de emprendedores y trabajadores está constantemente expuesto a la extorsión y la violencia. ¡Cómo no protestar y exigir que el Gobierno cumpla con sus funciones básicas! ¿Y cómo no todo este desmadre podría reflejarse en nuestro desempeño económico?

 

4. Como señalamos en columnas previas, crecer al 3% anual y registrar un déficit fiscal superior al 2% del PBI en un contexto en que tenemos los términos de intercambio más altos de los últimos 75 años es francamente mediocre. El debilitamiento de la institucionalidad fiscal es preocupante. Lejos de estar “guardando pan para mayo”, el MEF ha optado por gastar más de lo que le ingresa y aumentar la deuda pública. Aunque estamos lejos de estar viviendo un descalabro fiscal, tampoco estamos manejándonos con la responsabilidad que nos permitió sobresalir en materia macroeconómica a nivel mundial. La cuenta la pagaremos en el mediano plazo. Hoy, algunos optan por contentarse con un mediocre 3% de crecimiento, cuando podríamos estar avanzando a 6% al año; ese es el escenario contrafactual.

 

5. Las recientes proyecciones macroeconómicas del BCRP (Reporte de Inflación, septiembre del 2025) indican que nuestro superávit comercial promedio será de unos US$9,000 millones entre el bienio 2025–2026 y que el crecimiento real de las exportaciones se acelerará en el próximo año (8.4%). Ello supone exportaciones reales de unos US$90,000 millones (28.4% del PBI). Sin duda, la solidez de nuestras cuentas externas se ha beneficiado del extraordinario incremento en nuestros términos de intercambio. Es esta mejora en el frente interno lo que ha atenuado el declive en el frente interno y en el campo fiscal.

 

6. En el contexto del boom exportador, del superávit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y el aumento de nuestras reservas internacionales, ¿qué podemos esperar que pase con el tipo de cambio? Claramente, que caiga que el sol se aprecie como lo ha venido haciendo desde el último trimestre del año pasado. En lo que va del año, el tipo de cambio (soles/dólar) ha caído en algo más de 7%.

 

7. Al escribir este artículo, el dólar costaba 3.46 soles, bastante más que el promedio de los últimos 25 años (3.28 soles por dólar). En este mismo sentido, si corregimos el tipo de cambio por la inflación del Perú relativa a la de Estados Unidos, concluiremos que el tipo de cambio, hoy, es 9.3% más alto en términos reales que el registrado en el superciclo de commodities 2007–2012. Por lo tanto, hay espacio para que el sol se siga apreciando.

 

8. Pero el desmadre y la incertidumbre política seguirán presentes en los siguientes meses, lo cual frenará la corrección cambiaria hacia abajo. Paradójicamente, el desmadre estaría contribuyendo a reducir la volatilidad y a atenuar el descenso del dólar en nuestro mercado cambiario pequeño. A esto también contribuiría una reducción de la tasa de interés de referencia del BCR. Con la inflación de los últimos 12 meses por debajo del 1.2% y el tipo de cambio cayendo sostenidamente, parece no haber razón para que la autoridad monetaria no dé este paso.

 

 

 

Fuente: CanalB

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