Por Mariella Balbi, publicado en Expreso

La Policía (PNP) hace su trabajo, captura bandas y delincuentes, pero la extorsión continúa, las cifras aumentan. Es una labor difícil y a mediano plazo porque el hampa se ha extendido a todo el país. La organización criminal tras la extorsión es vasta. Asesina, quema buses, afecta económicamente a las empresas de transporte. La PNP debería presentar ante los medios a las organizaciones criminales que descabeza y así todos estaremos informados. De cualquier forma, la población no ve resultados. La institución policial trata de combatir la corrupción internamente, aunque no es privativa de esta. Es nuestro cáncer nacional, afectando enormemente la lucha contra la inseguridad ciudadana y, lo peor, el ciudadano no confía en la PNP. Grave. El presupuesto policial también es escaso. No se efectúan las compras necesarias por impericia o deshonestidad (desde comisarías dignas hasta ‘rochabuses’). Además, falta inteligencia; la de la Policía es buena, pero no puede absorber la nutrida paleta de delitos existentes en el Perú: narcotráfico, minería ilegal, subversión, trata de personas, etc.

En 10 años hemos tenido 7 presidentes, un verdadero descalabro, un récord Guinness. El actual mandatario interino, José Jerí, está dedicado a un marketing efectista de su imagen. No se ve un rumbo cierto. Salir con uniforme, con futbolistas, en requisas en penales, siendo alimentado en la boca, no impide que se empiece a notar la falta de efectividad, pese al trabajo esforzado de la PNP. Ese marketing lo hizo Vizcarra con el publicista argentino, “estratega político” Maximiliano Aguiar, jefe de campaña ‘pepekausa’. En la pandemia, nos negó el oxígeno y murieron muchos. Nadie se indignó, Vizcarra se potenció. Lo mismo hace Jerí. El ciudadano peruano es sufrido, fácilmente impresionable y dúctil al marketing. Olvida que se vacó a Dina Boluarte, quien tenía mucho anti, para combatir la criminalidad. Jerí menciona a menudo que dejará un legado (sic), algo improbable en un mandato de 8 meses y con una complicadísima e inédita elección en ciernes. El rumor es que su partido coloca a allegados en el gobierno.

El actual jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI), general (r) Alejandro Oviedo Echevarría, viene del gobierno anterior, el chisme político indica que lo designó el exministro del Interior Juan José Santivañez, hoy candidato a senador por APP, de César Acuña. Lo insólito es que Oviedo tiene un juicio por corrupción en Huancayo, por traficar con mascarillas, el delito de la pandemia. Acusado de negociación incompatible en el caso “Los mercaderes del sur”, pronto se sentará en el banquillo de los acusados. El delito es claro. Tendrá que afrontar todas las diligencias propias de un juicio. Pero no es un cualquiera, es el jefe de la DINI. Encima, tiene a dos asesores que trabajaron con el exjefe de la DINI durante el gobierno de Castillo, mayor (r) PNP José Fernández La Torre. Oviedo, además, ¡asesoró a Castillo en temas de inteligencia y seguridad! ¿Por qué Jerí lo mantiene, qué pacto tiene con la ultra? Hablamos de la DINI, que debe alertar sobre minería informal y la situación en las fronteras. Más aún, en estas elecciones hay candidatos vinculados a MOVADEF y a la minería ilegal, en Perú Libre, APP, Renovación, Podemos. Jerí sabe que Castillo es MOVADEF. Su premier, Ernesto Álvarez, es de lujo, pero Jerí no la ve.