Opinión

La gran diferencia; por Fernando Calmell del Solar

Publicado el 09 de septiembre de 2025

Por Fernando Calmell del Solar, publicado en Expreso

 

Existe una gran diferencia entre los caviares y el resto de los peruanos. Ya la verdad quedó al descubierto y todo el Perú sabe que, a través del control del sistema judicial, han perseguido y pretenden seguir haciéndolo, por el solo hecho de pensar diferente.

 

A través del tiempo, todos hemos sido testigos de sus grandes campañas de odio, con la finalidad de destruir a todo aquel que fuera su enemigo político. Y yo personalmente los he visto festejar el fallecimiento de todo aquel que haya estado en su lista de odiables, sin importar si eran expresidentes, exministros o exempresarios.

 

Nunca se detuvieron a pensar o analizar, como es en el caso del expresidente Alan García, si ellos, los caviares, fueron los que lo llevaron al suicidio. Tampoco si sus campañas venenosas afectaban a más personas como hijos o sobrinos en edad escolar, esposas y también madres y padres de avanzada edad.

 

No los detenía nada… destilaban, tal como lo hacen ahora, un odio incontrolable y destructivo, aplicado no solo en el sistema judicial, sino a través de sus voceros y de su control e influencia en varios medios de comunicación. ¿Y todo para qué? Para eliminar a cualquiera que sea un obstáculo en su camino de llevar al Perú a convertirse en un país de pobres, de ignorantes, en el que los únicos privilegiados serían ellos.

 

Llegaron al colmo de defender a un presidente como Vizcarra, que llevó a la tumba a miles y miles de peruanos durante la pandemia. Es más… nunca dijeron nada cuando también dio un golpe de Estado cerrando el Congreso.

 

Porque lo único que siempre les interesó es tener el control total y totalitario de todas las instituciones y de todas las áreas productivas de nuestro país.

 

Muchas veces me han preguntado: ¿Por qué criticas tanto a los caviares? ¿Qué es ser caviar? Bueno, amigos, los acabo de describir con peras y manzanas. Claro… seguramente se preguntarán por qué lo hago ahora.

 

Queridos amigos: comencé esta columna diciendo que existe una gran diferencia entre los caviares y el resto de los peruanos. Y lo dije porque tuve la oportunidad de conocer a Jaime Chincha, periodista que falleció el sábado 6 de septiembre a los 48 años. Desde el punto de vista de las ideas políticas, lo podría ubicar como un defensor del mundillo caviar y opuesto a mi forma de pensar.

 

Pero les digo con la mano en el corazón que lamento mucho su fallecimiento. También quiero expresar mis condolencias a sus familiares y amigos. Porque primero está el ser humano, ese que tiene madre y padre, que tiene hermanos e hijos que hoy están llorando su muerte, y después vienen las ideas que, dicho sea de paso, no pueden ser ni perseguidas ni condenadas.


Yo no soy caviar, por eso a ellos les dejo el odio. Yo… prefiero quedarme con el recuerdo de Jaime… ser humano.

 

 

 

Fuente: CanalB

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