Opinión

Neoimperialismo; por Jorge del Castillo

Publicado el 18 de marzo de 2025

Por Jorge del Castillo, expresidente del Consejo de Ministros

Publicado en La Noticia

 

El presidente Donald Trump ha dado claras señales de un comportamiento transgresor del Derecho Internacional: la recuperación del Canal de Panamá, la ocupación de Groenlandia, hacer de Canadá el estado 51 y transformar la Franja de Gaza en un centro vacacional, desplazando a su población, aproximadamente 2 millones de personas, a terceros países.


Hace 25 años se suscribió el Tratado Torrijos-Carter, que entregó a Panamá la administración del Canal, lo cual viene sucediendo hasta la fecha de forma eficiente. Groenlandia tiene un régimen especial vinculado a Dinamarca. Canadá es un país independiente, vinculado al Commonwealth y aliado permanente de Estados Unidos, como lo demostró en la Segunda Guerra Mundial y en el rescate de rehenes de Teherán. Gaza es un territorio reconocido en favor del Estado Palestino y ha sufrido cerca de 50 mil muertos como represalia a los asesinatos y secuestros del 7 de octubre de 2023.

 

Invadir la zona del Canal de Panamá significaría desconocer prepotentemente un tratado internacional suscrito por el recientemente fallecido Jimmy Carter, lo cual tendría severas repercusiones en América Latina, ya que sería considerado una invasión a un país soberano y provocaría la natural reacción de nuestros pueblos, para satisfacción de los extremistas.

 

Por otro lado, Trump ha iniciado una errática y equivocada política arancelaria, empezando con sus vecinos México y Canadá, a quienes quita y pone aranceles a su simple voluntad. Lo mismo ha hecho con otros países, imponiendo aranceles del 25% a los productos agrícolas y del 200% a los licores europeos. Como es natural, los países afectados han aplicado aranceles semejantes a los productos estadounidenses. Incluso las autoridades de Ontario, Canadá, que proveen de energía a varios estados, obligaron a Trump a dar marcha atrás en parte.


Respecto al Perú, no hay ninguna precisión. El 35% de nuestros despachos agrícolas van a Estados Unidos. Arándanos, uvas, paltas, espárragos, entre otros, se destinan a los mercados norteamericanos. Lo mismo ocurre con nuestros minerales. Algún vocero presidencial dijo que los productos que pasen por Chancay tendrán un 60% de aranceles, pero eso es un espejismo, pues los productos que salen de Chancay no irán a Estados Unidos.

 

Estas disposiciones económicas traerán como consecuencia el alza de precios de los productos de manera global, incluyendo los alimentos en Estados Unidos.

 

En los últimos 30 años, la tendencia mundial ha sido abrir la economía, bajar aranceles y eliminar barreras. Con Trump, las cosas cambian: ha asumido una actitud proteccionista de la industria de EE.UU., que dudo tenga resultados a mediano y largo plazo.

 

Cuando Donald Trump, con las medidas anotadas, y Vladimir Putin, con la invasión a Ucrania y la pretendida anexión de dos provincias, actúan de esa manera, ¿no están reviviendo el imperialismo en su versión más rancia?


¡Cuánta razón tenía Haya de la Torre cuando proclamaba: “Acción contra todo imperialismo”!

 

 

 

 

Fuente: CanalB

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