Por Jorge del Castillo*, publicado en La Noticia
Algunas personas hemos coincidido en que el reciente fallecimiento de Alberto Fujimori, abre la posibilidad de avanzar en una línea de reconciliación nacional.
Tengo la esperanza que la respuesta sea positiva, en primer lugar por la urgente necesidad de acortar los niveles de confrontación que han llegado a extremos de odiosidad que vienen bloqueando incluso las posibilidades de conversar y tratarse alturadamente entre peruanos.
Esta iniciativa no tiene objetivos políticos partidarios, ni protagonismos personales, ni candidaturas ni supuestas alianzas. Pretende elevar el nivel de la política peruana, excluyendo niveles de violencia verbal o física como medio de expresión o solución de conflictos y fomentando el principio que hablando se entiende la gente, por cuanto como decía Ramiro Prialé: “conversar no es pactar”.
La idea es abrir puertas al diálogo entre líderes de opinión cuyo comportamiento respetuoso debe replicarse en todos los niveles de la ciudadanía. Esto servirá para que los actores políticos y sociales exploren y encuentren comunes denominadores y tengan puntos de coincidencia y encuentro productivos para el Perú.
En los últimos tiempos se han dejado pasar oportunidades de entendimiento y más bien se han agudizado las diferencias. Luego de la derrota del senderismo en 1992, no existieron condiciones para hablar de reconciliación porque estábamos ante un gobierno autoritario que no admitía pluralidades.
A finales del 2000, se desarrolló un intenso y fructífero proceso de concertación democrática, avalado por la Mesa de Diálogo de la OEA, pero restablecida la democracia se interrumpió para volver al fraccionamiento.
Inclusive se amplió el objetivo de la Comisión de la Verdad a la que se agregó el concepto “de la Reconciliación Nacional”, pero tengo la impresión que esa buena intención no solo no cumplió sus objetivos, sino más bien se utilizó como herramienta de agudización de diferencias y confrontación.
De ese tiempo a esta parte, se fueron polarizando las posiciones, llegando a un fraccionamiento muy peligroso que nos llevó al extremo del año 2021 ante una multitud de candidaturas que le abrieron paso al régimen de Pedro Castillo Terrones y sus consecuencias.
Ahora que se nos abre esta posibilidad, se ha tomado la iniciativa de convocar a los líderes políticos y sociales y la respuesta ha sido inmediata, por lo que ponemos manos a la obra y espero que prontamente podremos dar los primeros avances.
Como se comprenderá, no es una tarea fácil, pero si no se empieza con todos los riesgos que esto implica, seguiríamos cuesta abajo en el desentendimiento, la agresividad social y la violencia callejera.
Hagamos votos por el éxito de esta iniciativa que deberá involucrar a los peruanos demócratas que con buena voluntad y mucho desprendimiento tengan la voluntad de participar.
(*) Expresidente del Consejo de Ministros.
Fuente: CanalB
Miguel Chung resaltó en el programa…
La ampliación indefinida del…
Isabel Recavarren, PhD y abogada…
El Partido Popular Cristiano…
Paola Lazarte, exministra de…