En Petare, Caracas, donde el crimen es incontrolable los estudiantes siguen un protocolo en caso de tiroteo: se lanzan al suelo, se cubren la cabeza, se esconden en los closets o buscan alcanzar un lugar seguro de encontrarse en un patio.
Desde el primer grado de primaria hasta el último de secundaria, los alumnos del colegio Manuel Aguirre participan en este tipo de simulacro.
Esta barriada registró el año pasado una tasa de 80 muertes violentas por cada 100 mil habitantes, según el observatorio venezolano de violencia.
El tiroteo puede sorprender en el colegio o en casa y para el cuerpo docente la prioridad es que los niños interioricen el protocolo y mantengan la calma.
Este método se aplica en México, Brasil y otros países con altos índices de violencia. Esta enseñanza por duro que sea aprenderla en la niñez puede salvar vidas en una región cada vez más azotada por la criminalidad.
Fuente: CanalB
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