En una de las mayores incautaciones de la última década, las autoridades peruanas confiscaron 7,2 toneladas de cocaína valorizadas en US$450 millones en el puerto del Callao.

La droga estaba oculta en pisos de madera fabricados por la empresa boliviana Industrial Maexa. El hallazgo fue resultado de un seguimiento después de que las autoridades bolivianas descubrieran un alijo similar en diciembre.

La inspección de dos contenedores en el Callao reveló que la cocaína estaba mezclada con una sustancia similar a la brea impregnada en los pisos de madera. La empresa boliviana había destinado la droga a Países Bajos a través del puerto belga de Amberes.

La incautación representa el 36% de lo decomisado en 2023, subrayando la creciente importancia del Perú como proveedor mundial de cocaína. Se estima que la producción anual de droga en el país alcanza las 800 toneladas.

El comandante general de la PNP, Víctor Zanabria Angulo, destacó la relevancia del operativo, y no se descarta que una parte de la droga provenga del valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), una ruta preferida por los narcotraficantes locales para exportar cocaína.