Por Carlos E. Gálvez Pinillos, expresidente de la SNMPE
Petroperú (PP) es una empresa compleja, con operaciones comerciales, operaciones de refino y de transporte mediante el ONP (Oleoducto Norperuano). En algún momento, también tuvo operaciones de explotación de pozos desarrollados por la IPC (International Petroleum Company) y que asumió cuando el gobierno militar de los 70s del siglo pasado, la expropió.
Por otro lado, el Perú consume cerca de 270 mil BPD (barriles por día) de petróleo y produce, entre todos sus concesionarios, menos de 40 mil BPD.
Recordemos que, en el pasado, el Perú llegó a producir hasta 150 mil BPD.
Lamentablemente, los sucesivos gobiernos, privilegiaron la maximización de las regalías, canon y sobrecanon, en lugar de impulsar la inversión en exploración y desarrollo de lotes petroleros.
Se llegaron a enorgullecer de las altas tasas de participación tributaria del Estado en la explotación petrolera, sin ocuparse de fomentar la exploración de nuevos recursos y nos pasó lo que hoy le pasa a Bolivia.
Bueno pues, la consecuencia que anticipamos se vive ahora; no se fomentó exploración y desarrollo de nuevas reservas, y teníamos la necesidad de producir combustibles con niveles de azufre menores a 50 PPM (partes por millón), pues el refinado producido, tenía niveles cercanos a las 500 PPM.
En esas condiciones, a los más incapaces (por no decir corruptos), no se les ocurrió mejor idea que, en lugar de ejecutar un Proyecto de modernización de la refinería de Talara (PMRT) tal como se aprobó en diciembre 2013 a un costo de US$ 1.2 mil millones y similar a lo ejecutado por REPSOL en La Pampilla, construir una refinería nueva, para refinar un petróleo que no tenemos. Esto se le ocultó a la ciudadanía, pues siempre le llamaron PMRT.
La gracia nos ha costado más de US$ 6 mil millones, sin contar los intereses del financiamiento y, hasta el día de hoy, no produce a plena capacidad, pues la unidad “flexicoking” no ha permitido operar a plenitud.
Hay quienes defienden “a capa y espada” conservar a PP como “empresa estratégica”, pues reclaman:
A ellos tenemos que explicarles:
A la Sra. Boluarte habría que explicarle, que la RT no se ha construido con los recursos generados por PP, sino con deuda.
Finalmente, aunque muchos han hablado del endeudamiento de US$ 8.5 mil millones, del capital de trabajo negativo de (US$ 3.5 mil millones), lo que muestra su absoluta falta de liquidez y la necesidad de seguir recibiendo nuevas inyecciones de efectivo, para no tener que interrumpir operaciones, haría algunas comparaciones, pues las empresas deben manejar algunos indicadores:
Una empresa puede mejorar o deteriorar su rentabilidad: Utilidad/Patrimonio Neto, trabajando estos tres indicadores y para eso son válidas las comparaciones respecto a la industria.
Así, si comparamos los indicadores de Petroperú con los de Ecopetrol, Pemex, Occidental Petroleum, Exxon-Mobil y Shell, tendremos que, mientras en todos los demás se aprecia buena gestión, en PP se da todo lo contrario.
Lo que trato de compartir es, que PP necesita una inyección de Capital “fresco”, no de más deudas. Que requiere de un operador privado, que pueda decidir, que sepa decidir y que quiera decidir autónomamente, porque sus decisiones positivas le retribuirá utilidades mientras beneficia al Estado y sus decisiones negativas, le van a doler en el bolsillo, mecanismo que es el verdadero estímulo al inversionista.
Ciertamente, esas características sólo se obtienen con un inversionista privado, quien, por más que sólo pueda comprar 49% como máximo, debe contar con la garantía absoluta de que ninguna decisión política posterior va a afectar el marco de su acuerdo.
Para eso, se le debe otorgar una acción dorada, que le permita hacer todo, menos vender los activos.
Debemos tener claro, que nadie en su sano juicio, va a invertir en una empresa manejada y controlada políticamente. El privado debe tener control del directorio y la gerencia y, debe tener preestablecida la obligación de atender ciertas regiones del país, donde no habría interés de los privados, con subsidio del Estado, para cumplir ese rol, al igual que la atención a las FFAA y PNP.
El Estado debe tomar decisiones respecto al ONP, pues debe remediar y hacer su cierre ambiental o bien, reactivarlo y ponerlo a punto, para promover más exploración petrolera en el nororiente peruano, aunque ambas opciones costarían cerca de US$1.5 mil millones.
Fuente: CanalB
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