Opinión

Policía política, por Fernando Rospigliosi

Publicado el 02 de julio de 2024

Por Fernando Rospigliosi, publicado en El Reporte
Congresista de la República

 

Por fin un ministro del Interior está tomando medidas para investigar el desempeño de la Diviac, convertida en policía política al servicio de la mafia caviar. Esa unidad policial ha manejado un descomunal presupuesto de gastos en efectivo, 72 millones de soles, más que ninguna otra en la PNP. Y ya se están empezando a descubrir algunas de las muchas tropelías cometidas en el manejo oscuro de esos fondos.

 

Por ejemplo, la compra ilegal de un equipo de interceptación en México por un millón doscientos mil soles, equipo que después desapareció. (Expreso, 27/6/24).
O el secuestro simulado del mayor Edgar Mesía, donde desaparecieron laptop, celulares y documentos con información de “una compra sobrevalorada en la Diviac”, denunciado en el programa de Milagros Leyva en Willax (26/6/24).

 

La Diviac fue creada y mantenida como una División -y no como una Dirección- porque tenía nombre propio, Harvey Colchado, el esbirro de los caviares.
Una Dirección -como Dircote, antiterrorismo, Diroes, operaciones especiales o Dirincri, investigación criminal- es dirigida por un general PNP. Y como el esbirro es coronel, tenían que mantenerla como División para que pudiera manejarla año tras año, lo cual también constituye una ilegalidad (son solo 2 años).

 

Dicho sea de paso, el esbirro también fue ascendido irregularmente por los caviares a coronel por “acción distinguida”, por su supuesta participación en la operación Chavín de Huántar, a pesar que todos los que realmente participaron en ella saben que no es cierto.

 

Es decir, por la cantidad de efectivos, por su enorme presupuesto, por su despliegue nacional, la Diviac es similar o mayor que una Dirección de la PNP, pero se mantuvo como División para permitir que siguiera en manos del esbirro. Tuvo nombre propio desde el comienzo, algo totalmente inaceptable.

 

Ahora que el esbirro está suspendido, se ha encargado la jefatura al coronel Franco Moreno, un oficial que denunció falsamente a 60 policías por integrar un supuesto escuadrón de la muerte. Varios han sido sentenciados injustamente a penas de hasta 35 años por haber abatido a delincuentes (el caso está en apelación ahora).

 

El asunto es que el hermano del coronel Franco Moreno, un teniente PNP, fue abatido en un enfrentamiento con efectivos de la SUAT cuando, en compañía de otros policías y delincuentes comunes, intentaban secuestrar a un empresario en Puente Piedra el 2012 (un efectivo SUAT, Jhon Ataucuri, quedó herido y lisiado en ese enfrentamiento).

 

A partir de allí empezó una campaña de denuncias contra los policías de la SUAT e inventó la historia del escuadrón de la muerte. Los caviares en el Mininter, en el 2016, avalaron esa versión y empezaron a perseguir policías, aliados con fiscales y jueces. (Ver en esta página, “Policías perseguidos”, 13/11/23).
Ese es el actual jefe de la Diviac.

 

En suma, hace bien el Mininter en investigar el desempeño y el sospechoso manejo de fondos de esa unidad que es, en la práctica, una policía política instrumentalizada por la mafia caviar.

 

 

 

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