Por Luis García Miró Elguera, publicado en Expreso

A igualdad de hecho, igualdad de derecho. Un principio sencillo inherente a la aplicación de Justicia en toda nación civilizada, donde se respete al ser humano. Analicemos el caso de la aún suspendida Fiscal de la Nación, Patricia Benavides, quien esta impedida de ejercer su cargo hace 82 días, porque la Junta Nacional de Justicia JNJ decidió abrirle investigación por su cuenta y riesgo, a raíz de ciertas declaraciones de Jaime Villanueva sobre quien fuera su superior jerárquica, la Fiscal Benavides. En paralelo, la siniestra JNJ también abrió investigación a Benavides acusándola de dirigir una organización criminal al interior del propio Ministerio Público. Pero así como Villanueva se despachó con la Fiscalía de la Nación revelando entretelones de quién había sido su jefa directa, hizo exactamente lo mismo con el pope caviar Gustavo Gorriti Ellenbogen, y Villanueva sembró un bosque de bombas incendiarias tras sus revelaciones sobre el Ministerio Público. Muy apresuradamente, la JNJ abrió instrucción a la Fiscal Benavides, sin agotar la instancia investigadora previa del Ministerio Publico, y aprovechó una declaración de Jaime Villanueva sobre conversaciones de Benavides difundidas por la prensa, cuando la JNJ ya había decidido denunciar a la ex Fiscal de la Nación. Hablamos de unos chats de origen desconocido que no encajan con las normas técnicas aprobadas para validar esta clase de información. Por tato, carecerían de origen, destino y, por tanto, de valor. Pese a ello la JNJ decidió continuar adelante con sus ilegalidades, asignándole valor legalista a unas pruebas evidentemente espurias para justificar sus investigaciones a la todavía suspendida Fiscal de la Nación Benavides. Por su parte, el fiscal Hamilton Castro denunció que el ex Fiscal de la Nación Pablo Sánchez, lo grabó a escondidas, tras imputarlo como responsable del caso Lava Jato.

Lo acusó de procesar información como parte de una estrategia falsaria para encubrir a Odebrecht. Ahora se sabe que Gorriti procuraba utilizar a Hamilton Castro; pero sin éxito alguno. Tanto que al final, Hamilton Castro nunca quiso firmar el acuerdo de colaboración eficaz secreto con Odebrecht. Por eso lo sacan del caso y lo muelen en la prensa caviar, Buscaban un fiscal a la medida de Odebrecht, pero la cosa no le funcionó. En esa campaña participó el IDL junto a un conocido grupo de medios periodísticos que maneja aquella ONG dirigida por Gorriti. Un hecho que ha pasado desapercibido son las gravísimas denuncias que difundió Jaime Villanueva sobre Gorriti. Ocurrió cuando Pérez y Vela se alejaron del Equipo Especial, y arrancaron una brutal campaña contra Patricia Benavides. Toda esta historia, con pelos y señales, la narra Villanueva a la Fiscalía, ya detenido, humillado, resentido y dispuesto a que ardiera Troya. Sintiéndose traicionado, Villanueva decide que mueran Sansón y los Filisteos. Y ahora están en la picota la Fiscalía, la Junta Nacional de Justicia y demás sucedáneos de ese gremio directamente culpable de la implosión del Estado Peruano, demostrando que Odebrecht sigue mandando. Entre tanto a Gorriti, mencionado por Villanueva una y mil veces en contubernios inmundos, todavía nadie lo toca. Sospechoso.