Por Juan Carlos Suttor, publicado en el blog Sin Pelos en la Lengua
Solo como aclaración, fue el jueves pasado, almorzando con un grupo de amigos, charlando acerca de la complicada situación de nuestro país y del tema de este artículo, mi gran amigo Gabriel sugirió titularlo "La Tormenta Perfecta", lo cual, valga la redundancia, me pareció perfecto. El día siguiente, la gran analista política Diana Seminario publicó un artículo en El Comercio titulado "La Tormenta Perfecta". Que quede claro, no ha habido intención de copiar su título, ha sido una coincidencia, perfecta, para sintetizar el caos en el que estamos viviendo.
La semana pasada la caviarada, cuales garrapatas, esos que están enquistados en el Estado desde la época de Valentín Paniagua y los sucesivos gobiernos, con excepción del de Alan García y seguramente del de Manuel Merino si hubiera tenido tiempo, viviendo de nuestros impuestos, financiados por George Soros y liderados por Gustavo Gorriti y su carnal Diego García-Sayán, entraron en crisis, en histeria.
Durante más de 20 años los caviares capturaron todas las instituciones públicas del Perú, entre ellas el Ministerio Publico, el Poder Judicial, La Junta Nacional de Justicia, el Tribunal Constitucional, el Jurado Nacional de Elecciones y la ONPE, entre otras.
En ese tiempo, mientras los que somos de derecha, liberales o conservadores, dormíamos —y seguimos durmiendo— la izquierda, de manera muy aplicada, se dedicó a cambiar la historia del terrorismo a través de las universidades y el Ministerio de Educación. Pusieron a los asesinos terroristas como héroes y a los que nos salvaron de esos genocidas como delincuentes. Persiguieron y encarcelaron a cada uno de los héroes que salvaron al país del comunismo maoísta y se dedicaron a destruir a cada autoridad, político o partido que fuera una amenaza a sus intereses malvados.
Quisieron imponer su pervertida ideología de género para homosexualizar a nuestra juventud, liberalizar el aborto e imponernos el matrimonio gay. Pretenden, todavía, entregar nuestra amazonia al control de ONGs de la ONU (Acuerdo de Escazú), la destrucción de proyectos mineros que hace tiempo habrían sacado del subdesarrollo al Perú, así como la imposición de leyes para destruir a los partidos políticos como las elecciones primarias PASO en beneficio de sus partidos progresistas, gracias a ese desgraciado proveniente de la cada vez más desprestigiada Pontificia Universidad Católica del Perú, llamado Fernando Tuesta.
Esa izquierda miserable, pero bien organizada, hizo escarnio de todo aquello que se les opusiera y ahí están los ejemplos de Manuel Merino, Pedro Chávarry, Tomas Aladino Gálvez, Alan García, Keiko Fujimori, Alberto Fujimori, los comandos Chavín de Huántar y tantos otros a los que destruyeron sus vidas.
No podría dejar de mencionar a los medios de comunicación caviares como el Grupo El Comercio, el Grupo La República, así como Frecuencia Latina, ATV, RPP, América TV, Panamericana TV., llevados de la manito por el líder de esa organización criminal llamada IDL Reporteros, Gustavo Gorriti y que seguramente también financia el delincuente José Graña Miró Quesada.
Y mientras los de derecha, decentes y por supuesto ingenuos, nos alegrábamos por la liberación de Alberto Fujimori, la izquierda y la caviarada, compuesta por una banda de delincuentes, en un “Blitzkrieg” o guerra relámpago, dio su golpe: Suspendió, entre gallos y media noche, por seis meses, a la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides; le quitaron el impedimento de salida a la delincuente Susana Villarán, le levantaron la suspensión a Zoraida Ávalos, aprobaron la inscripción del partido de Antauro Humala y como cereza de la torta le iniciaron un nuevo proceso a Alberto Fujimori, pidiendo prisión domiciliaria de 18 meses, como si no hubieran visto su condición física cuando salió del penal Barbadillo.
Hasta antes de su suspensión, la señora Patricia Benavides con un pequeño equipo del Ministerio Público, se enfrentó a la Junta Nacional de Justicia caviar y a los partidos políticos de izquierda Perú Libre, Juntos por el Perú (JPP), Partido Morado y Sendero Luminoso por casos de tráfico de influencias, colusión y sedición, además del caso Los Dinámicos del Centro.
Es responsabilidad y obligación de nuestro devaluado Congreso de la República defenestrar a todos los miembros de la Junta Nacional de Justicia y que sus accesitarios repongan a la señora Patricia Benavides como Fiscal de la Nación.
Si esto no se hace, que no nos sorprenda que se ordene la libertad de Pedro Castillo, que se reponga al fiscalillo Rafel Vela y que se archiven los casos del asesino Martín Vizcarra, entre otros.
Como decía el doctor Ernesto Blume, expresidente del Tribunal Constitucional, “Los caviares son un cáncer para la sociedad peruana y solo buscan desestabilizar al país”, pero si no reaccionamos, haremos metástasis.
Mientras tanto, el gobierno, con 9% de aprobación, es un barco sin rumbo, la delincuencia, la extorsión y el sicariato crecen día a día, Vladimir Cerrón no ha sido capturado aún y el embajador de Cuba en Perú, el Gallo Zamora, sigue en su puesto.
Estamos pues, en medio de la tormenta perfecta, que nadie sabe cuándo amainará o si amainará algún día.
Fuente: CanalB
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