Por Luis García Miró Elguera, publicado en Expreso

Históricamente, una voz firme en el Tribunal Constitucional viene del extribuno, miembro del TC, José Luis Sardón, distinguido jurista quien revela el grado de podredumbre existente en el Ministerio Público. Mi columna de ayer contiene un garrafal error, refiriéndome a Pedro Hernández, actual magistrado del Tribunal Constitucional, en vez de a José Luis Sardón, circunspecto, jurista, admirado por este escriba dada la solidez de sus planteamientos y versatilidad de su sabiduría, convirtiéndose en uno de los grandes tribunos del TC. Espero su comprensión, doctor Sardón. Dada la hondura del yerro repetiré la columna, contextualizada.

“Usted presentó una queja contra los fiscales Domingo Pérez y Rafael Vela, y el área de Control Interno de la Fiscalía les abrió un proceso disciplinario. ¿En qué quedó este proceso?, pregunta la periodista al extribuno. La respuesta revela el inmundo nivel del Ministerio Público. “Presenté la queja el 9 de enero de 2020 por lo que había hecho Domingo Pérez el 16 de diciembre de 2019. Han transcurrido 4 años.” (Afortunadamente el plazo de prescripción se suspendió durante la pandemia por aproximadamente 3 meses). ”Entonces, la queja podría prescribir en abril de este año, porque todavía no se encuentra resuelta. La pelota está en cancha de la Autoridad Nacional de Control.” (del Ministerio Público). “No sé qué espera el jefe de esta repartición, señor Fernández Jerí, para resolver mi queja”, protesta Sardón. Vuelve la periodista: “¿Usted denunció que José Domingo Pérez filtró el testimonio que expuso ante el Tribunal Constitucional? “. La respuesta de Sardón es elocuente: ”No solo eso, sino que, evidentemente, José Domingo Pérez coordinó todo el operativo con el IDL. Dos semanas antes de dar mi testimonio, yo tuve una entrevista con el IDL sobre el mismo tema, y las mismas preguntas, pero no se publicó. El IDL estuvo esperando que primero yo diera mi testimonio para cotejar lo que les había dicho a ellos con lo que declaré ante Pérez. Además, ni bien di mi declaración, Pérez dio una conferencia de prensa distorsionando lo que yo le había manifestado. La “desinformatzia” caviar en su esplendor, presta a desacreditar el voto favorable del Tribuno en el habeas corpus de Keiko Fujimori.

Pérez calificaría a Sardón como ”gran mecenas del fujimorismo”, por ser director de Reflexión Democrática. “Le expliqué ampliamente a Pérez que yo no era director de Reflexión Democrática; pero me presentó como mandamás de esa organización (…) Hay que exhortar a Fernández Jerí para que resuelva” –dice Sardón– “antes de que prescriba. Todo ese incidente fue un ataque contra mí, y contra Carlos Ramos, que había votado a favor de Keiko Fujimori. Finalmente, al también expresidente del TC Ernesto Blume, le inventaron una “cita” con Giulliana Loza, abogada de Keiko, confundiéndola con su esposa.”

Tras las demoledoras declaraciones de Jaime Villanueva contra Pérez y Gorritti, nadie abre investigación a esos activistas de la instrumentalización corruptora de nuestra administración de justicia. Vicio que debe ser urgentemente expectorado en el Estado. Finalmente Domingo Pérez sigue hablando a nombre de la Fiscalía de la Nación, y tampoco pasa nada. ¿Dónde estamos?