Editorial de El Comercio
Todo hace indicar que Martín Vizcarra repitió las prácticas corruptas por las que se lo acusa en Moquegua a escala nacional.
Ayer, personal del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder (Eficcop) y de la policía lideró un operativo para, entre otras medidas, capturar a cinco personas y allanar 17 inmuebles. Los detenidos fueron funcionarios de Provías Descentralizado durante la presidencia de Martín Vizcarra: Carlos Revilla Loayza, exdirector; Alcides Villafuerte Vizcarra, exgerente de obras; Elizabeth Ugarte Manrique, excoordinadora de Abastecimiento y Control Patrimonial (Gerencia de Administración); Juan José Enciso Torres, miembro titular de los comités de selección de las licitaciones públicas de la entidad; y el empresario Hugo Javier Meneses Cornejo.
Todos ellos integrarían una presunta organización criminal denominada Los Intocables de la Corrupción, que estaría dirigida por el exmandatario y que integrarían también sus exministros de Transporte y Comunicaciones Edmer Trujillo y Carlos Estremadoyro, además del exasesor de Carlos Revilla en Provías Descentralizado, Hugo Mario Misad, ‘El Turco’. Ellos, según testimonios recabados por la fiscalía, integrarían además el núcleo conocido como Los Moqueguanos, llamados así porque acompañaron a Vizcarra cuando este fue gobernador de esa región y luego, tras el salto a la política nacional de este, fueron convocados para ocupar puestos de mayor jerarquía.
La tesis fiscal sostiene que se habrían dirigido las licitaciones de Provías Descentralizado durante la etapa en la que Vizcarra fue presidente, entre marzo del 2018 y noviembre del 2020. El Ministerio Público ha puesto la lupa en tres procesos –Tintay, Samegua y Pampas– y cuenta con declaraciones de colaboradores eficaces y de testigos protegidos que dan cuenta de cómo habría operado esta red. Hay que añadir, sin embargo, que en la época en la que esta presunta organización habría operado, Provías Descentralizado llevó a cabo 16 licitaciones y 91 concursos públicos, por lo que no se descarta que los procesos salpicados por la sombra de la corrupción sean más.
Según la fiscalía, Revilla habría utilizado su cargo como director de Provías Descentralizado para dirigir los procesos de contrataciones públicas a fin de captar el 3,5% del costo de cada convocatoria en coordinación con malos empresarios. Para ello, Revilla habría “captado” a Alcides Villafuerte y a Elizabeth Ugarte, quienes, en su condición de gerente de obras y gerenta de administración, respectivamente, se habrían encargado de “la designación estratégica de sujetos que integrarían los comités de selección de las diversas contrataciones estatales de la entidad”. Todo con el conocimiento del expresidente.
Una vez cobrados los sobornos, siempre según la tesis fiscal, Revilla se habría encargado de repartirlos entre sus cómplices, incluido el exmandatario, a quien, según un testigo, le llevó el dinero a Palacio de Gobierno en varias ocasiones “en maletas y tubos portaplanos” en visitas en las que el entonces presidente ordenaba “que se apagaran las cámaras de seguridad para que no quedara registro de los ingresos de Revilla”. Las coimas de Vizcarra, además, habrían sido lavadas por personas como ‘El Turco’ o su esposa, la ex primera dama Maribel Díaz.
Seguramente en los próximos días irá saliendo más información concerniente a este caso y todavía quedan varios puntos por aclarar, como aquella declaración del testigo TP-03-2023 sobre aquellos funcionarios implicados en su relato que “aún se encuentran trabajando y operando en el actual gobierno”. Pero lo conocido hasta el momento permite presumir que Martín Vizcarra habría repetido las prácticas corruptas por las que se lo acusa en Moquegua (recordemos que está procesado por presuntamente haber recibido coimas a cambio de los proyectos Lomas de Ilo y Hospital Regional, que se licitaron cuando él era gobernador regional) a escala nacional.
Entrevistado ayer en radio Exitosa, el exjefe del Estado calificó la investigación de “patraña” que se habría armado con el objetivo de hacerle daño porque lo “ven todavía como un rival político de cuidado, de temer”. Pero resulta difícil de creerle siendo la misma persona que, por ejemplo, aseguró (y asegura hasta el día de hoy) no haberse vacunado subrepticiamente contra el COVID-19 o quien descartó en su momento haberse reunido con Keiko Fujimori cuando era todavía vicepresidente de Pedro Pablo Kuczynski… para luego reconocerlo públicamente.
Solo queda esperar que el caso avance rápido pues, parafraseando al entonces presidente Vizcarra en una declaración del 2018 a propósito de la detención del entonces alcalde de La Victoria Elías Cuba, en la lucha contra la corrupción no puede haber intocables.
Editorial de El Comercio
Fuente: CanalB
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