Política

Reforma política en el Perú | Por una mejor democracia; artículo de Carlos Gálvez

Publicado el 08 de enero de 2024

Por Carlos E. Gálvez Pinillos, expresidente de la SNMPE

 

Desde siempre he evitado tratar asuntos meramente políticos, pero dadas las circunstancias y las cosas que se están proponiendo, no puedo abstraerme de hablar del tema.

 

Una “comisión de notables”, convocados por Vizcarra, hizo varias propuestas de reforma política, entre las que se cuenta la institucionalización de las PASO (elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias). Esto que, para ese grupo, es un tema fundamental de fortalecimiento de la democracia, es algo que merece ser debidamente analizado y decidido y, por eso propongo la siguiente reflexión:

 

  1. En este momento, el Perú cuenta con 25 “partidos políticos” y parece que vamos aún para más, de cara al año 2026.
  2. Los partidos políticos en nuestro país, no son por lo general organizaciones con ideología, doctrina, estructura partidaria permanente, ni planes y programas de gobierno y menos aún, un equipo permanente de gente en pos de gobernar.
  3. La característica fundamental es que mayoritariamente son asociaciones o clubes, creados con fines electorales. Sus miembros sólo desean un cupo electoral.
  4. Dadas estas características, si llegan a ser elegidos al Congreso, no tienen ninguna afinidad ni lealtad para con el partido que los cobijó y, para completar el relajo, al haberse permitido la creación de bancadas a los congresistas, ellos cargan con su curul a donde quien los quiera recibir.
  5. Por otro lado, se ha dado cabida a una serie de movimientos regionales, quienes no responden a una concepción nacional, sino al interés de grupos locales.


Bajo estas condiciones se ha planteado la necesidad de las PASO, para que la población, de forma abierta, libre, simultánea y obligatoria, elija a los miembros de las listas parlamentarias y, consecuentemente, su orden de prelación en dichas listas.

 

A mí me preocupa ver que, ante la carencia de requisitos: morales, éticos, académicos, de trayectoria de vida y experiencia, judiciales, tributarios, policiales y crediticios, cualquier ciudadano con mayoría de edad y DNI, pueda ser congresista. Por otro lado, bajo esas condiciones, y considerando la creciente población involucrada en actividades ilegales: tala ilegal, extracción ilegal de minerales, cultivos ilegales y tráfico de drogas, trata de personas, tráfico de terrenos, transporte público ilegal, etc., tendremos una gran población que, mediante estas PASO, será capaz de imponer “democráticamente”, por vía electoral, a sus representantes. Aquellos que velarán, como ahora, desde el Congreso, por facilitar las actividades ilegales que hoy conducen.

 

Esto significa, que los partidos debidamente estructurados, no podrán hacerse responsables de su oferta electoral, ni de su equipo de trabajo partidario capaz de ejecutar sus planes para alcanzar el bienestar nacional. La propuesta de estas PASO, tal como están planteadas, nos llevará a una mayor fragmentación política, bajo miradas divergentes y si ya ahora nos quejamos de la mala calidad de los congresistas, tendremos que imaginar los que se incorporarían bajo consignas de grupos de interés ilegales y no doctrinarios.

 

Por si acaso, no es que no quiera tener un filtro, ni que esté de acuerdo con que una manada de más de 25 partidos compita en un proceso electoral con tremenda fragmentación. Creo sí, importante, dado el punto al que hemos llegado, que deben hacerse unas elecciones primarias obligatorias, que permitan que partidos o alianzas electorales que obtengan menos del 15% de los votos, salgan de carrera y pierdan su inscripción automáticamente. Eso permitiría que los egos de cierta gente, al ser contrastados con la realidad, los induzca a la conformación de alianzas electorales. Al reducir el número de listas electorales, automáticamente se reducirá la demanda por candidatos al congreso y, la consecuencia natural, será la elevación de la calidad de los que puedan pretender un cupo. Hoy, en cambio, es tan grande la “demanda” por candidatos y tan baja la oferta de gente preparada, que la calidad de estos baja dramáticamente.

 

Por otro lado, soy partidario de la bicameralidad. Pero, el concepto de contar con dos cámaras, es que una pueda tener un rol político activo de diversas miradas locales, mientras que la segunda pueda cumplir un rol reflexivo de alcance nacional. Por eso, para que se pueda obtener los beneficios de tal estructura, es indispensable que la composición responda a criterios distintos. Esto es, una cámara de diputados con elección por distritos electorales uninominales o binominales, mientras que, los senadores deben ser elegidos por distrito electoral único, con una mirada nacional. Si no se hace esa distinción, se pierde absolutamente la ventaja de tener un senado, puesto que sólo estaríamos incrementando el número de congresistas, que tendrían los mismos criterios localistas y, consecuentemente, tendríamos más de lo mismo, pero con mayor costo. Dicho esto, es indispensable replantearnos para que el senado sea elegido por distrito nacional único, caso contrario, deberíamos abortar este planteamiento. De no hacerlo, sería mejor quedarse con una sola cámara y no aumentar el número de representantes.

 

¡Hagamos nuestros mejores esfuerzos por corregir el daño que nos han hecho y no permitir seguir hundiéndonos!

 

 

 

Fuente: CanalB

Noticias relacionadas

Escribe un comentarios
Últimas publicaciones