La vuelta etnocacerista

Publicado el 23 de agosto de 2022

Fuente: EL REPORTE


Previo a la audiencia de prisión preventiva por 36 meses contra Yenifer Paredes, cientos de reservistas se concentraron en la Plaza San Martín. Pese a ser un conjunto integrado por licenciados del Ejército, de La Marina, de la Fuerza Aérea y de la Policía, no sería una sorpresa que también esten infiltrados miembros del etnocacerismo. Este movimiento mencionado recuperó el pasado sábado 20 de agosto a su cabecilla: Antauro Humala. Este personaje, quien lideró el Andahuaylazo, donde se asesinó a cuatro policías, ya advirtió que no se arrepiente de lo que hizo. Incluso, Virgilio Acuña, uno de los allegados de este elemento subversivo, adelantó que el hermano de Ollanta Humala volverá a la política porque es su pasión. Respecto a esto, la pregunta que cae de madura es: ¿Qué es el etnocacerismo?


Los insumos ideológicos de la logia etnocacerista los puso Isaac Humala. Esto lo hizo a través del Instituto de Estudios Etnogeopolíticos (IEE), que creó en 1989, después de su recorrido político en el Partido Comunista Peruano (PCPC) y en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). De acuerdo al patriarca Humala, su ideario no es de derecha ni de izquierda porque a ambas corrientes las considera parte de un proyecto "burgués". Respecto al eje de este credo, también denominado etnonacionalismo, es reivindicar a la 'raza cobriza', la que, considera, viene siendo relegada en Perú. Con este fundamentalismo no solo fue adoctrinando a sus propios hijos -Ollanta, Ulises y Antauro- sino también fue amasando un numeroso grupo de feligreses.


El grupo como tal, el etnocacerismo, era hasta entonces un conjunto de convicciones. Su antesala fue cuando los hermanos Ollanta y Antauro Humala entraron al Ejército. Aquí, desde la institución castrense, aprovecharon para alimentar la figura nacionalista, irguiendo a personajes como Juan Velasco Alvarado y Túpac Amaru II. Extendida la doctrina, agendaron el primer levantamiento. Fue en la ciudad de Locumba, en Tacna, el 29 de octubre de 2000. No llegó a mayores, fueron detenidos y finalmente amnistiados por el Congreso.


La siguiente etapa de los hermanos fue distinta. Mientras Ollanta se fue como agregado militar a Francia y Corea del Sur, Antauro pasó al retiro. Este último decidió radicalizar el frente que inició su padre. Reclutó civiles, intelectuales y reservistas para oficializar al movimiento etnocacerista. Esperó hasta el 2005, casi al cierre del gobierno de Alejandro Toledo, para dar el golpe con el ‘Andahuaylazo’. En esta asonada fueron asesinados cuatro policías a sangre fría por los insurgentes. La rendición vino a colación cuando Antauro fue capturado. El 5 de enero del mismo año fue sentenciado a 19 años de cárcel. Pero salió antes "por redención de la pena por trabajo y educación", como señaló el Instituto Nacional Penitenciario del Perú (INPE). De esta forma, recuperó su libertad el último sábado 20 de agosto: después de 17 años, 7 meses y 4 días.


El etnocacerismo podría recrudecer la crisis nacional si su líder, Antauro Humala, decide volver a la actividad política, que ya sabemos: suele librarse de problemas con una cuota de sangre.

 


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Fuente: CanalB

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